Soy mano

Referentas

por Graciela Labale

Por Redacción Pilar a Diario 30 de noviembre de 2019 - 00:00

Creo profundamente en las mujeres, en el desarrollo de todas sus potencialidades. Desde mi lugar, trabajo por construir, junto a compañeras dignísimas, un espacio donde circula la palabra, el abrazo, la escucha para tantas olvidadas, pobres, ignoradas, las que estiran el guiso, sufridas y sufrientes de todo tipo de atropellos.
Por eso a veces, algunas intelectuales feministas, de valiosas opiniones, pierden la objetividad y sorprenden con sus declaraciones a las que considero fuera de lugar. Lo que sigue es un texto de Clodet García, que comparto en todo su contenido como para ponerle un poco de luz al tema: “Creo profundamente que el feminismo precisa referentas, tanto como desmontar el personalismo, la opinión jerarquizada, la falta de escucha a los contextos urgentes. Creo profundamente también que sin interpelación no hay feminismo. Sería muy necesario que las referentas sean interpeladas, que puedan escuchar lo que se les dice, pensar, pensarse, reconocer, reparar. Parte de nuestro trabajo feminista, hoy, ahora, es activar modos de copensarnos por sobre el individualismo. Parte del trabajo es no sucumbir a los hechizos de la idolatría. El personalismo está hecho de una suma de prácticas auto-centradas. Y también, de la necesidad de muchxs de poner en pedestales a ciertas personas y delegarle tareas e ideas. No voy a renunciar a mis referentas. Mis referentas son piqueteras, marronas, villeras, son las que cargan con cuerpos que resisten todas las opresiones y desde ahí hablan, desde ahí hacen. Mis referentas son artistas, docentes, lesbianas, madres protectoras, sobrevivientes de violencias, son amigas, hermanas o compas que no imaginan lo que aprendo de ellas, son las que me enseñan porque cada vez que preciso entender les pregunto, las escucho, veo por dónde andan. Son mis compañeras que a veces no piensan como yo pero me amplían la mirada, me dan otro punto de vista, me hacen que cambie de idea o que confirme la que tengo. Y con todas las diferencias nos seguimos sabiendo compañeras. Mis referentas son pobres o de clase media, están en los barrios o en Bolivia duelando a sus muertas, están en la favela resistiendo a las milicias, en Nicaragua ayudando a abortar a mujeres y niñas, en argentina y en distintos puntos de nuestra Abya Yala pidiendo por sus hijxs desparecidxs, por sus territorios ancestrales, por la tierra que colapsa. Y están escribiendo un fanzine, circulando libros, graffiteando una pared y bailando cumbia y mientras, organizan redes de acompañamiento y apoyo a otras compañeras como ellas, (como nosotras) que andan en urgencias. Gran parte de mis referentas son desclasadas, desconocidas, ignoradas, porque para citarlas parecen no dar la talla. Son todas valientes, íntegras, enormes. Algunas pocas, también son académicas. Por todas ellas ando caminando el feminismo. Por todas ellas vale la lucha estar acá.”

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