El bailarín Néstor Azorín acaba de culminar su última gira por Italia, tras desenchufarse unos días en Pilar, ya enfila sus pies hacia lo que será su próximo y cuarto paso por el Mundial de Tango. Esta vez será con una nueva pareja de baile y según cuenta el pilarense, “vamos a hacer lo mejor que se pueda”.
El viernes 13 de julio fue el regreso del bailarín Néstor Azorín a Pilar, luego de llevar su arte al sur de Italia, donde bailó y brindó seminarios de tango y folklore. Lejos de lo supersticioso, este regreso de Azorín viene cargado de nuevas experiencias con las que buscará correr la mejor de las suertes para encarar su cuarta presentación en el Mundial de Tango.
“A partir de este año empezamos a armar un producto porque yo el año pasado había vuelto de viaje en diciembre, así que cuando volví me comuniqué con ella para probar, para adaptarnos”, cuenta Azorín en su casa de Pilar, esa que de a ratos abandona para ausentarse varios meses y seguir construyendo su carrera en distintos escenarios.
“Ella”, en este caso, es Bárbara Ferreyra, una bailarina de Mendoza que vive en la Ciudad de Buenos Aires. Acompañado de ella, intentará una mejor ubicación en el certamen que se realizará entre los días 13 y 26 de agosto.
“Por suerte siempre me ha ido bastante bien en los mundiales y uno quiere más. Quiere mejorar en lo que ha apostado en los mundiales anteriores. Es la idea de poder hacer lo mejor posible”, vaticina quien ha cosechado aplausos en países tan alejados a su Argentina natal, como Rusia y un puñado de puntos de Europa como lo fueron Francia, Bélgica y Holanda, entre otros.