Su pelo corto y sus ojos rasgados son cada vez más vistos en revistas y publicidades: la modelo pilarense Rocío Belén Núñez ha tenido un año por demás activo, que se plasma en el actual spot de Claro y su “música ilimitada”.
Allí, la joven -usando auriculares- vuelve a ser la cara visible de una marca líder. De hecho, en los últimos días es lo primero que se ve cuando se ingresa al portal principal de Facebook.
A los 25 años, actual miembro del staff de Civiles Management, ya es dueña de un currículum extenso que incluye pasarelas, gráfica, televisión y hasta la participación en un corto hablado en francés. Egresada en 2006 en el Verbo Divino, su carrera comenzó sin que lo haya buscado con insistencia, pero su altura (1,78m) y sus rasgos la fueron llevando casi en forma natural al mundo del modelaje.
Destino
“Siempre fui alta y flaca, por la familia de mi viejo, y todo el tiempo me decían que tenía que ser modelo, pero yo decía que ni loca, eso de comer yogurcito todo el día no es para mi”, recordaba hace unos años, en su primera entrevista con El Diario. En un principio, aceptó ser modelo para no estar atada a horarios de trabajo convencionales, y la apuesta no pudo salir mejor. Sus medidas (80-62-90) son prácticamente ideales para las pasarelas y ha sabido aprovecharlo.
Haciendo un balance de su actividad en 2014, el año comenzó de la mejor manera, interviniendo en el comercial televisivo de Coca Cola Zero. Además, es frecuente verla luciendo diversas colecciones en revistas tanto especializadas (“Ohlala!”, entre otras) como de interés general (o dominicales, como “Viva” o “La Nación Revista”). En los últimos tiempos ha participado en producciones fotográficas para marcas como Divina Bolivia o Penny Lane (que la “adoptaron” como una de sus modelos principales); apareciendo también en publicaciones online como Doux Magazine.
Juego
A pesar de que en los últimos años ha sabido ganarse un lugar en páginas, pantallas y pasarelas, Rocío afirma que su objetivo “no es ser conocida, mi meta es viajar y lo bueno es saber divertirse con esto”, aunque sabe que en la actualidad “tiene mucho peso lo mediático, si aparecés pertenecés y si pertenecés sos, pero para no frustrarse no hay que tomárselo tan en serio: la idea es jugar”.
De eso se trata: frente a la cámara juega, ríe, se pone seria, mira fijamente o parece distraída, pero su imagen magnetiza. De aquella adolescente alta que no simpatizaba demasiado con la idea de ser modelo, atraída por las artes visuales, a esta profesional cada vez más buscada, lo que ha cambiado es el calendario: Rocío es siempre la misma. Solo quiere jugar.