Soy Mano: “La” Cooperativa

por Graciela Labale

18 de septiembre de 2010 - 00:00

 

 

 

 

Cuando el Soy mano gira hacia lo testimonial, diría a lo más periodístico, dejando un poco de lado a la columna de color, me gusta volver al tema tiempo después, en algo similar a lo que años atrás hacía en su programa de radio Eduardo Aliverti con el “¿Qué pasó con…?”.  Haciendo mi propio “Qué pasó con…”, decido visitar a la actual “Cooperativa La Nueva Avan”, en su locación de Villa Rosa.

El recibimiento, el de siempre, todo el afecto puesto en cada beso, en cada mano tendida pero con una inmensa diferencia: el silencio, las caras apesadumbradas, las palabras dolorosas pero siempre comprometidas con la lucha de meses, en el predio de ruta 8, dieron paso hoy al ruido intenso de las máquinas en la línea de producción. No se imaginan la emoción que sentí al ver a esta buena gente en su puesto de trabajo. Y allí están, Claudio, Antonio, Mario, Rosendo, Carlos A., Abdón, Carlos, José E., Elvio, Jorge D., Jorge O., Enrique, Osvaldo, Oscar, Carlos C., Joaquín, José L., Jorge A., Sombra, Onti, Carlos R., Florencio, José R., Víctor H., Segovia, Pepe Figueredo, González (h) y Mónica dispuestos a  vencer otros obstáculos, de pie y con la dignidad del trabajo recuperada.

En marzo se mudaron a un lugar mucho más chico y con todo por hacer. Instalar la luz eléctrica y agrandar el galpón fueron las primeras acciones. Y desde ahí empezar a producir en medio de innumerables dificultades pero con la esperanza intacta. Recuperar la confianza de clientes perdidos por el tendal dejado por la empresa, pagar el alquiler y los gastos fijos puntualmente, distribuir algo de las exiguas ganancias, alrededor de 1.300 pesos mensuales para cada uno de los 28 compañeros, el boicot y la deshonesta competencia del ex dueño quien vende piezas importadas de China, de menor calidad, reclamar a la Justicia permanentemente para mantener la marca, moverse con diputados y senadores provinciales a la espera de que finalmente salga la Ley de Expropiación, peticionar ante las autoridades locales para que se haga realidad la promesa del intendente Zúccaro de otorgarles tierras fiscales para construir la propia fábrica con el apoyo del Ministerio de Trabajo de la Nación, etc., etc., son sólo algunos de los desafíos que enfrentan día a día. Y lo más importante, sostener el espíritu coo-perativo, tan difícil de entender por toda la sociedad tras años de individualismo y sálvese quien pueda. Escuchar al otro, acordar, aceptar, respetar las decisiones de una asamblea no son temas menores en la lucha cotidiana. Porque trabajar en cooperativas es obrar juntamente con otro u otros con un mismo fin, según el diccionario, y esto no es poca cosa en los tiempos que corren. “Cooperativa La Nueva Avan”, una empresa recuperada por sus trabajadores, salud!!!

 

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