Él, Jor, Jorge para el D.N.I., nació en Munro, de pibe era aficionado al break-dance y si bien nunca alcanzó la fama, supo mostrar sus habilidades en la heladería del barrio para ganarse fans y un helado que el dueño del negocio le regalaba ante la atracción que el baile despertaba entre su clientela.
Ella, Ana, aunque en realidad es Anabela, de Escobar, creció entre los bulones del taller de su papá y las herramientas de la ferretería de su mamá, aún así, hoy es psicóloga, y bue… no tan incoherente después de todo, ya que se dedica a ajustar tornillos o a tratar de localizar los perdidos.
Por esas cosas de la vida o del destino, vaya uno a saber, él va a parar a Escobar y es así como se conocen por 1992, en el Colegio General Belgrano. Lo de Jor, dicen las malas lenguas, fue amor a primera vista, tan deslumbrado quedó, que sólo comía chicles de Ana-ná para sentirse un poco más cerca de esta dulce jovenzuela que por ese entonces no le daba ni bolilla o qué se yo, vaya uno a saber lo que pasaba por la cabeza un tanto fresca de esa pícara quinceañera.
Permanentemente él inventaba excusas para acercarse a ella y ella… no se negaba. Se juntaban, por dar un ejemplo, para practicar Caligrafía, claro Jor quería hacer buena letra, pero a pesar sus esfuerzos, Ana se la llevaba a marzo.
El tiempo pasó y se devoró la época dorada de la escuela secundaria. Egresaron. Cada uno fue por su lado a vivir la vida y tantas historias como se les presentaron. Pero la suerte estaba echada. Cuatro años más tarde, él se entera que por fin Ana está sola y con la excusa de saludarla por su cumpleaños número 21 va a la casa con su incondicional amigo Sebas apostando a un seguro romance. Tan seguro estaba de su suerte que se la juega: “si me da bola, le dice, me chupás el dedo gordo del pie.”, apuesta que para dicha de todos el fiel Sebastián tuvo que cumplir.
Desde ese momento, entre baile y baile, con cuartetos de Rodrigo incluidos, la “Ventanita del amor” se abrió y ella se fue enamorando de él perdidamente. Ya hace 10 años que están juntos y hoy finalmente le pondrán la firma a esta dulce historia de amor con gustito a Ana-ná.