Soy Mano: Del Viso y Derqui

por Víctor Koprivsek

13 de febrero de 2010 - 00:00

El jueves pasado se llevó a cabo el ciclo de cortos + película “El circo de la mariposa”. Se hizo en la ciudad con mayor cantidad de habitantes que tiene el Partido de Pilar. Hubo avances de producciones locales, exposición de fotografía y música en vivo.

La bohemia rea del viejo Bodegón persiguió la noche alrededor de la guitarra sentenciosa del gran Tío Dick, y su ladero inquebrantable Miguel García (ya lo saben: Papá Noel). También estuvo Héctor Wesner.

Así anduvieron recorriendo boliches del barrio, primero Tilcara y después El Molino.

Cuando todo terminó, cual duendes de otro mundo, algunos se perdieron en la bruma de la madrugada cantando serenatas a los trenes.

Derqui vuelve a la carga, la cultura es su bandera.

Calar hasta los huesos y más. Hurgar en las palabras y más. Intentar en la imagen. Invadir en el universo de colores, en las secuencias tabuladas. Concentrarnos en la edición milimétrica de un cortometraje, en el destello de un avance que proyecta rostros de esquina.

Avanzando hacia el progreso, otra ciudad se levanta.

Del Viso alienta, une sueños, arrima voluntades, se despereza.

El próximo 28 de febrero sin ir más lejos, habrá plaza. Los protagonistas de la cultura de esa localidad se zambullirán en el espacio público, remodelado, el paseo Independencia, la única plaza de la ciudad ubicada junto a la estación.

Hasta allí llegarán músicos, actores, escritores y vecinas/os prontos para ver.

Es que la gente necesita poder expresarse, mostrar lo suyo. Cuánto late, bulle y camina por la sangre sin dormir. Así las cosas mientras la realidad asombra.

Feria de publicaciones independientes, teatro, bandas locales en vivo presentando sus discos, todo sucediendo con el mayor de los respetos, al barrio, la historia y la identidad.

Estamos llegando, somos muchos, salimos de los rincones, detrás de los mostradores, venimos de los trenes. Somos los que traemos nuestra esquina atravesada en el alma.

Los que sabemos que todo tiempo es propicio. Andamos sobre la calle, yendo y viniendo de la oficina al auto, de los sueños a la vida.

Venimos preguntando ¿qué pasa en este barrio? ¿Dónde están los testimonios de quienes aman su lugar?

Así nos vamos encontrando… y las cosas pasan.

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