Este martes se cumplen 20 años del fallecimiento de Norberto Napolitano, Pappo, verdadera leyenda del rock nacional. El guitarrista perdió la vida al caer de su moto en la ruta 5, a la altura de Luján, dejando huérfanas a un par de generaciones de fanáticos.
Fueron varias las visitas de El Carpo a Pilar, en diferentes circunstancias y lugares. Incluso, fue protagonista central de una Fiestas Patronales que marcaron un antes y un después.
Pappo arribó a Pilar en numerosas oportunidades en la década del ’90 y a principios de los 2000, pocos años antes de su trágico fallecimiento. Pero también era mecánico, piloto aficionado y un fanático de los fierros, por lo que más de una vez visitó el taller de Jorge "el Vasco" Oyhanart.
Algunos memoriosos lo ubican en Oggi, aquel bar que estaba ubicado junto al cine Gran Rex, en la calle Hipólito Yrigoyen. El músico asistió como un parroquiano más, ante la sorpresa de todos.
Además, ya con la guitarra en mano, mostró su talento en Coyote, boliche bien “noventoso” que durante años funcionó en el shopping Torres del Sol. Fue también a fines de los ’90 que Pappo regresó a Pilar, esta vez como uno de los invitados especiales de De Niro, restó que abrió durante un tiempo en el barrio La Esmeralda. Esa noche estuvo acompañado en la batería por Black Amaya, otro prócer. Incluso quedó una foto de ambos para la posteridad, tomada por el querido Pajarito Acosta.
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Pappo junto a Black Amaya en el restó De Niro, ubicado en el barrio La Esmeralda. La foto fue tomada por Pajarito Acosta.
Archivo El Diario Regional.
Toco y me voy
Bares, boliches y restaurantes… Pappo había realizado varias visitas a Pilar cuando se produjo la más recordada, la multitudinaria, la que marcó un quiebre: las Fiestas Patronales del año 2000.
Eran tiempos de Sergio Bivort al frente del Municipio y la propuesta fue tan innovadora como polémica para aquellos tiempos: sacar a las Patronales de la plaza 12 de Octubre para trasladar los espectáculos al predio Piané, en Yrigoyen y Combate Vuelta de Obligado.
Además, esas celebraciones tuvieron la particularidad de contar en la previa con una comisión organizadora, por lo que resultaron más diversas en el aspecto cultural que de costumbre. Así se abrió la puerta para el rock, con Pappo como número estelar.
Aquella noche, formaron parte de la grilla artistas como Rubén Patagonia (músico folklórico con frecuentes acercamientos al rock) y La Mississippi, que aportó su blues. Sin embargo, el predio se vio colmado para ver a Pappo… Gente de Pilar y ciudades aledañas se acercaron en masa hasta el predio, en épocas de difusión todavía artesanal.
Quienes estuvieron presentes recuerdan que Pappo, tipo hosco de por sí, no estaba en uno de sus días de mayor simpatía. Por eso, sólo se limitó a llegar poco tiempo antes del show, subir al escenario, tocar e irse, casi sin interactuar con nadie, mucho menos hacer sociales con personal, funcionarios o público.
En un escenario mucho más modesto que los que suelen verse hoy en día, el Carpo hizo un set con clásicos como “El tren de las 16” y “Sucio y desprolijo”. Además, su malhumor aumentó cuando el público comenzó a pedirle “Mi vieja”, tema que se convirtió en un hit luego de su aparición en el programa de Tato Bores.
A desgano, pero aceptando la derrota, Pappo les dio el gusto y “Mi vieja” sonó en la Patronales de Pilar. Eso, sumado a que algunos fans habían logrado saltar la valla, provocó que el músico decidiera dar por terminada su aparición: dicen quienes estuvieron que, con los músicos aún tocando, abandonó el escenario, tomó el dinero acordado y entró a su vehículo, listo para irse.
Sin embargo, hubo un último capítulo de Pappo en Pilar y fue en City Bar, reciento que funcionó a principios de los 2000 en ruta 8 y Guido. Aquella vez fue el invitado de lujo de Lovorne, la banda de su hijo Luciano.
Precisamente junto a él viajaba en moto durante aquella fatídica noche del 25 de febrero de 2005, en la que Pappo Napolitano encontró la muerte al hacer una mala maniobra y produjo un vacío imposible de llenar.