En 2002, Roman Polanski volvió a dejar una obra para la posteridad con “El pianista”, basada en la vida del músico polaco Wladek Szpilman, víctima tanto él como su familia del exterminio judío perpetrado por los nazis. A lo largo de dos horas y media, la película (que lanzó al estrellato a Adrien Brody, ganador del Oscar junto al igual que el director) recorre el horror vivido en Polonia durante la Segunda Guerra, con un relato basado en la experiencia de Szpilman pero también del propio Polanski, sobreviviente del Gueto de Varsovia.