Sonia Lembeye presentó su libro “Instituto Carlos Pellegrini – Icono de la educación en Pilar”. Tiene abundantes testimonios y material fotográfico sobre un símbolo de la educación.
PRESENTACIÓN. Sonia Lembeye en la Biblioteca Mitre, junto al periodista Oscar Mascareño.
Siempre recordado y reivindicado por la comunidad, el Instituto Carlos Pellegrini dejó en el Partido una huella imborrable. En homenaje al lugar y sus protagonistas, Sonia Lembeye escribió “Instituto Carlos Pellegrini – Icono de la educación en Pilar”, libro que cuenta con un rico archivo fotográfico y de testimonios.
La obra –editada por El Bodegón- fue presentada el pasado jueves en la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre (de la que Lembeye es presidenta) con la presencia de buena cantidad de exalumnos del colegio ubicado en la ruta 25.
“El libro nació como un proyecto mío para la Biblioteca. Conseguí un mínimo subsidio como puntapié inicial y luego lo financiamos cuatro personas”, explicó la autora en diálogo con Código Plaza (FM Plaza 92.1).
Sobre el evento de presentación, la mujer aseguró que se trató de “un acto con muchas emociones, con casi 140 personas que colmaron el SUM de la biblioteca, conducido por Oscar Mascareño. Entre los invitados el más longevo era Roberto Carlos Torres, histórico deportista de Pilar, además de profesores como Hugo López Aranzasti”.
Por esto es que Lembeye afirmó que “uno habla del Pellegrini en Pilar y despierta emociones muy fuertes, todo eso se pudo ver en el acto”.
Material
En una edición de lujo, el libro hace un recorrido exhaustivo por la historia del colegio, incluso desde que Carlos Pellegrini aún estaba vivo y soñaba con hacer en el país un colegio como los más destacados de Inglaterra.
El instituto se realizó gracias a los amigos de Pellegrini tras su muerte, para cumplir su sueño construyendo un colegio de elite con planos traídos de Europa. Los terrenos fueron donados por la familia Del Solar Dorrego.
El lugar se inauguró en 1912. Según Lembeye, en principio “estaba pensado como una escuela agrícola, arancelada, para los chicos de la elite. Sin embargo, estos no querían hacer el viaje hasta Pilar. Por eso el lugar cerró, pero reabrió con la idea de que fuera para los menores desamparados y se donó al Gobierno nacional”.
La escritora remarcó que “a partir de ese momento el Pellegrini fue la tabla de salvación para muchísimos chicos de orfanatos, de familias sustitutas, de la calle, reformatorios y más”.
El libro también incluye –acompañado de un rico archivo fotográfico- una gran cantidad de testimonios de quienes vivieron en el Instituto Pellegrini, “apareciendo apellidos como Morán, Cormery, Cenobio, Severini y más. También se expresan varios de quienes fueron docentes”.
Por último se incluye el testimonio de todos los exalumnos que quisieron participar del libro.
Conforme con la ardua tarea de investigación y redacción que encaró y concretó, Sonia recordó que “los exalumnos del Pellegrini lo llaman ‘El glorioso’, porque en Pilar se encontraron con gente cariñosa que los educó, los formó, los protegió y los cuidó”.
Además, deseó: “Se espera con ansias que algún día sea la sede de la Universidad Nacional de Pilar. Hay una cláusula que se firmó cuando los amigos de Pellegrini lo donaron a nación, que solamente puede ser utilizado para fines educativos, no se le puede cambiar el nombre ni el destino”.
El dato
Para quienes quieran adquirirlo, el libro sobre el Instituto Pellegrini se consigue en la Biblioteca Bartolomé Mitre (Belgrano 553), de lunes a viernes de 9 a 16.