Una de las obras teatrales más exitosas del país regresa a Pilar: “El equilibrista”, escrita y protagonizada por Mauricio Dayub, volverá a presentarse en el Teatro Gran Pilar el sábado 21 desde las 21.
Mauricio Dayub regresa al Teatro Gran Pilar con la obra que es un éxito de crítica y taquilla. Será el sábado 21. "Se genera algo muy especial", aseguró.
Una de las obras teatrales más exitosas del país regresa a Pilar: “El equilibrista”, escrita y protagonizada por Mauricio Dayub, volverá a presentarse en el Teatro Gran Pilar el sábado 21 desde las 21.
La obra ya se presentó a sala llena en abril en el mismo escenario, por lo que será una buena oportunidad para disfrutar de una de las opciones teatrales más elogiadas por crítica y público de los últimos años.
En diálogo con Materia Prima (FM Plaza 92.1), Dayub recordó que “llevo casi 5 años de gira, apenas estrené me llamó la atención de que nos empezaron a llamar de muchas ciudades, pequeñas o grandes. Por eso empecé a poner fechas estratégicas en Buenos Aires para poder viajar los fines de semana”.
El resultado es sorprendente: “Estoy desde ese comienzo con 800 funciones y más de 350 mil espectadores. Es un recorrido que además me ha llevado a Madrid, Tel Aviv, Miami, Montevideo, Punta del Este… Si hablamos de teatro independiente es absolutamente inusual, y en teatro comercial está a la altura de grandes producciones que han funcionado durante muchos años y sin todavía tener techo, tengo fechas programadas de 2025”.
-Hay algo recurrente en eso de volver, solés presentarte más de una vez en los lugares a los que fuiste.
-Volví a Rosario, Córdoba, Mendoza, a ciudades pequeñas, con una alegría tremenda, agotando las localidades. Esto es más de lo que había soñado cuando era chico: llevar una obra que divierte, emociona, que provoca en el espectador una inspiración profunda sobre su propia vida, sobre su familia, sobre lo que nos lega la sangre. No es solamente ir con la alegría de trabajar, es mucho más, es personal, hay algo de lo que pasa en el espectáculo que conecta con el público de tal manera que por eso muchos vuelven y traen a alguien para que les pase lo mismo.
-¿“El equilibriste” nos une a algo en común, nos lleva a nuestra infancia?
-Nos lleva a algo que ya no cotiza en el mercado… Parece que ahora todos tenemos que ir detrás de una agenda, de pequeños sueños posibles, que una vez que los logramos no nos cambian nada pero no entendemos por qué los deseamos tanto, como tener cierto teléfono, vivir en tal barrio, tener tal puesto en el trabajo. La verdad que esas no son las cosas que nos movilizan y nos inspiran, hay otras que son las que -en forma divertida y emocionándonos- están en “El equilibrista”.
Conexión
A lo largo de la obra (escrita además por Patricio Abadi y Mariano Saba; dirigida por César Brie), Dayub hace un recorrido muchas veces autorreferencial sobre la infancia, la juventud, la familia y más tópicos. “Es un equipo de seis personas, grande para un unipersonal, pero eso hace que salga como tiene que salir –afirma el actor-. Es una especie de magia que hemos logrado porque quisimos hacer un espectáculo que simplemente no se contara arriba del escenario”.
Sobre esto, amplió: “Venía advirtiendo que el teatro en los últimos años se había ido adulterando… Para mí, el teatro en el que yo empecé con esta vocación era un teatro al que uno iba a imaginarse a través de lo que se veía. Lo que pasa con ‘El equilibrista’ es que el espectador se imagina su propia vida, no ve a mis abuelos, ve a los suyos. Eso genera algo muy especial, no es una emoción por una ficción bien lograda sino por las cosas de la propia vida que uno ya no se pregunta. Arriba del escenario pasa algo que el espectador va a sentir como propio”.
-¿Qué te genera que, en este contexto, la gente siga eligiendo ir al teatro?
-Es como una fuerza arrolladora que me permite hacer tantas funciones con felicidad, no siento la repetición para nada. Lamento que me toque a mí y no a todos, porque no son momentos fáciles para los trabajadores de esta profesión y tampoco para los espectadores que gustan de esto y tienen que elegir. Soy consciente que es atípico lo que me toca, pero lo disfruto porque no fue fácil, tengo 64 años y hace pocos que vivo con felicidad en la profesión. Durante mucho tiempo me arremangué y trabajé frente a 30 o 40 espectadores, por eso ahora disfruto este presente.