Amigos, adversarios y otra vez amigos. Así de zigzagueante suele ser, a veces, el camino de la política. Y fue en una de esas vueltas en las que se encontraron, en una parrilla de Pilar, el diputado provincial massista y el ex intendente Humberto Zúccaro, rivales electorales en 2015.
Ayer, entrevistado por el programa Materia Prima, de FM Plaza, D’Onofrio recordó su cercanía de años con Zaúccaro, que viene de cuando él fue profesor de educación física en el jardín de infantes que Peruzzotti que comandaba como directora Carmen Rodríguez, esposa del ex intendente. Eso fue siglos antes de la política.
“Aspiro a que en los próximos tiempos, cuando un peronista se junte con otro no sea noticia sino lo normal”, bromeó D’Onofrio. Y contó que en la comida “se charló del peronismo, de la provincia, de Pilar y del compromiso de trabajar en pos de la unidad”.
En ese sentido, analizó que “este es el año de construir la casa, veremos el año que viene cómo se encamina el escenario electoral”.
“Tenemos que confluir en una gran primaria todos los sectores de la oposición que tenemos una concepción similar. Con las reglas de juego claras, veremos después cuántos candidatos son, pero esto se arregla de abajo hacia arriba”, opinó.
A la hora de hablar de sus propias aspiraciones, una nueva oportunidad de pelear por la intendencia de Pilar está en su radar, aunque no se priva tampoco de planear objetivos más ambiciosos: “Quien ama lo que hace siempre aspira a poder demostrar lo que sabe y puede. Siempre está presente el anhelo de construir los destinos de Pilar, pero si mi nombre es una solución para la Provincia, estoy también”, se animó.
De hecho, durante la entrevista, el dirigente massista fustigó a la administración de María Eugenia Vidal.
Principalmente, por el desembolso de unos 82 mil millones de pesos para adquirir Lebacs, Letes y llevar a cabo otras inversiones financieras en las semanas previas a la corrida del dólar.
Así, acusó a Vidal de salir “al rescate de la administración Macri en el medio de una tormenta que combinó una importante escalada del dólar, combinada con el vencimiento de unos 680 mil millones de pesos en Lebacs, que generó pánico y proyectó la sombra de 2001 sobre el país”.
“Todo eso hubiese tenido sentido en un período de bonanza bonaerense pero no en medio de reclamos con los docentes judiciales médicos policías y el resto de la administración pública”, apuntó.