Finalmente, tras varios días de una discusión que no logró un acuerdo unánime, el Concejo Deliberante decidió dejar sin efecto la derogación de la tasa vial, que había celebrado hace apenas dos semanas.
La marcha atrás fue a pedido del Ejecutivo, pese a que el propio gobierno y sus representantes en el HCD aclararon que están de acuerdo en eliminar el polémico tributo.
El problema fue más bien de orden técnico y legal. Es que a la eliminación de la tasa debía sucederle una modificación presupuestaria que, de acuerdo a la Ley Orgánica, solo puede ser propuesta por el Ejecutivo.
De todos modos, el intendente Nicolás Ducoté evitó el costo político de tener que vetar la norma. A cambio, consiguió que la mayoría de los concejales vote una ordenanza que establece que el antipático impuesto dejará de cobrarse el año que viene.
El cambio no fue acompañado por el interbloque justicialista, pero con la abstención del Frente Renovador alcanzó para que el oficialismo y sus aliados impongan su mayoría.
Así, hasta fin de año, el Municipio percibirá unos 4 millones de pesos que pagarán quienes carguen combustible en las estaciones de servicio locales. El impuesto cobra $0,06 el diesel oil, gas oil grado 2 (común) y otros combustibles líquidos de características similares; $0,18 la nafta grado 3 (ultra), gas oil grado 3 y 1 centavo el metro cúbico de Gas Natural Comprimido (GNC).
Según el texto del pedido de derogación, "los municipios no pueden gravar los hidrocarburos porque la normativa vigente así lo establece”, por lo que "incurre en una doble imposición, transvasando los límites de la constitucionalidad”.
A la vez, sostiene que "en términos socioeconómicos, la aplicación de la tasa vial es totalmente regresiva al salario del trabajador” y se "replica en la cadena comercial de la economía regional siendo el consumidor final, el vecino de Pilar, quien absorbe en última instancia todo el costo”.
4
millones de pesos es lo que se prevé que recaudará la tasa vial hasta fin de este año.