Son tres los barrios que piden autorización para cerrar sus calles

Además de Mirasoles, lo hicieron Santa María y Las Nazarenas. Mientras esperan el permiso del Concejo, ya restringieron el paso por varias arterias. Una modalidad que crece en el distrito.

9 de septiembre de 2011 - 00:00

 

Los alambrados y portones ya están, la autorización todavía se tramita.

 

Un expediente recorre por estos días el circuito administrativo del Municipio con un polémico pedido: el cierre de calles públicas por parte de vecinos que pretenden, de esa manera, mitigar la inseguridad con la que conviven.

Son tres los barrios englobados por pedido, Mirasoles, Santa María y Las Nazarenas. Con firmas de vecinos, abrieron un expediente en la mesa de entradas del palacio municipal que tendrá como destino el Concejo Deliberante. Allí, serán los concejales los que determinen si se permite o el cierre total o parcial de las arterias solicitadas.

Sin embargo, antes de que se expida el órgano legislativo, ya son varias las calles que fueron cerradas con portones y alambrados para impedir el paso de vehículos y, en algunos casos, también de peatones.

El ex concejal Roberto Fernández es presidente de la sociedad de fomento de Los Mirasoles. Consultado por El Diario, defendió el cierre de las calles por razones de seguridad, aunque admitió que es algo que “no se puede hacer”. De hecho, despegó de la medida a la entidad que preside: “le dije a los vecinos que si ellos quieren hacerlo junten las firmas y presenten el pedido en el Municipio”, lo que finalmente hicieron.

En total, dijo Fernández, “son más de 300 familias” las que habitan en las zonas que decidieron avanzar en el cierre de sus calles.

De todos modos, las quejas de vecinos que se oponen generaron un conflicto adicional que fue creciendo desde que, el martes, El Diario lo hizo público. Ayer, el intendente Humberto Zúccaro debió intervenir para propiciar una reunión entre vecinos, que se llevaría a cabo el próximo fin de semana.

 

Quejas

Fernández, que actualmente es funcionario del Organismo para el Desarrollo Sustentable de la Provincia (OPDS), le dijo a El Diario que ya son varias las calles que están cerradas en su unión con la colectora de la Panamericana. Una de ellas es Savio, del barrio Las Nazarenas, dijo.

También en la calle La Florida entre Charcas y La Colectora Este de la Panamericana, y en Charcas entre La Florida y Pichincha existen portones que permanecen abiertos durante el día y se cierran por las noches.

Sin embargo, el mayor inconveniente se generó a raíz del cierre de Chillán y Chubut, en Los Mirasoles. Ese punto, bloqueado con un alambrado y un portón, generó airadas quejas de vecinos que ahora deben dar grandes rodeos para llegar a sus trabajos.

 

Seguridad y quejas

Fernández señaló a la seguridad como el motivo del cierre. De hecho, destacó que en las últimas semanas se produjeron al menos cinco robos en casas del barrio.

Él mismo padeció un asalto de características violentas el año pasado en su casa de Los Mirasoles.

“Yo no me quejo de la Municipalidad ni de la policía. El patrullero pasa y firma en los puestos de vigilancia; también pasan las patrullas municipales. Pero no se puede poner un agente en cada esquina y de alguna manera hay que hacer más difícil que entren a robar”, sostuvo.

A su vez, el funcionario cuestionó los argumentos de quienes se quejan por el cierre de calles, al asegurar que no es cierto que deban caminar hasta 800 metros de más para sortear los alambrados.

“A lo sumo serán dos cuadras”, dijo, y reconoció que se estudia colocar una puerta en Chillán para permitir el paso de peatones, aunque no de automóviles.

 

Otros casos

A su vez, Fernández señaló que en caso de tener que revisar los cierre de calles de Los Mirasoles, debería hacerse lo mismo con otras zonas del distrito en las que también se cerraron calles con la excusa de la inseguridad.

El ex concejal mencionó, a modo de ejemplo, los barrios El Silencio, de Villa Rosa; Montercarlo, de Del Viso; y De Vicenzo, en Manuel Alberti.

Es que en los últimos años, distintos barrios tomaron la decisión de cerrar de alguna manera sus accesos para mejorar su seguridad y, de paso, darle un envión a la valuación de las propiedades. Robles del Monarca, en La Lonja, y Bonanza, en Pilar, son ejemplos de esa tendencia.

No en todos los casos se generó polémica entre los vecinos. Pero la mayoría puso al Concejo Deliberante en la incómoda disyuntiva de tener que avalar o no el cierre, un acto de por sí ilegal. El caso de Los Mirasoles pronto volverá a hacerlo.


Propicia una reunión

Para Zúccaro, es “un problema entre vecinos”

El intendente Humberto Zúccaro circunscribió ayer a “un problema entre vecinos” el conflicto generado por el cierre de calles públicas en el barrio Los Mirasoles y otros aledaños.

Así, el jefe comunal manifestó sus suspicacias respecto al rebote que el tema tuvo en canales de televisión nacional, que ayer lo trataron con móviles en vivo. “Se ve que no pasa nada”, se quejó Zúccaro.

El jefe comunal contó que ayer se reunió con integrantes de la sociedad de fomento de Los Mirasoles, a los que les indicó que “si hay un solo vecino que se queja, hay que abrir las calles”.

En tanto, adelantó que el fin de semana habrá una reunión entre vecinos propiciada por el Municipio, antes de que el tema llegue, como lo hará, al Concejo Deliberante.

 

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