Una joven de 30 años de edad falleció como consecuencia de una descarga eléctrica recibida en el interior de su vivienda. Si bien en principio hubo algunas dudas en torno al hecho, ayer a la tarde la autopsia efectuada en la morgue judicial de San Fernando terminó de confirmar que el deceso se produjo “por electrocutación”.
De todas maneras, para terminar de clarificar el caso, la fiscalía ordenó peritajes en la instalación eléctrica de la casa y una evaluación técnica sobre el estado del televisor que se encontró junto al cuerpo de la joven.
La víctima fue identificada como Vanesa Gil, de 30 años de edad, que trabajaba en un conocido bar del kilómetro 50. El cuerpo fue hallado por su hermano cerca de las 19 del viernes último. El joven fue a verla luego de enterarse que no había ido a trabajar y que tampoco respondía su teléfono celular.
Cuando entró a la vivienda ubicada en la calle Rosalía de Castro al 7000, en el centro de Del Viso, halló en el lugar un poco de desorden y el televisor caído. El hermano de la víctima, de inmediato, dio aviso al personal de la Comisaría 3ª de Del Viso. Los efectivos, al mando de su titular, el comisario Javier Sastre, se hicieron presentes en el lugar, acompañados por personal de la Policía Científica.
Gil se encontraba en la cocina, boca abajo, con una mano extendida. No había sangre y su cuerpo solo tenía algunos hematomas de variada intensidad en ambos costados del cuello y en el pecho. También se notaban manchas de color azulado, que no necesariamente eran compatibles con golpes y no presentaba traumatismos de ninguna clase.
Alrededor del cuerpo había algo de desorden de muebles y además el televisor caído en el piso con su enchufe conectado a la red eléctrica, pero parte de la instalación como arrancada de la pared. No había energía cuando llegaron los uniformados.
Según testimonios de los vecinos, cerca de las 3 de la mañana de ese viernes se escucharon dos gritos de la mujer como pidiendo auxilio. Luego de eso se habría producido un apagón en el interior de la vivienda.
El cuerpo de la víctima fue retirado por personal de Bomberos Voluntarios cerca de las 22 de ese mismo viernes.
Pese a las dudas iniciales, los investigadores empezaron a detectar que podría tratarse de un accidente debido a que “no había faltantes de artefactos electrónicos, documentación ni otros elementos de valor”.
Tampoco se detectó violencia sobre las aberturas de la casa y “los testimonios recogidos, no describen ingreso o egresos de personas ajenas a la casa que podría significar sospechas sobre lo ocurrido”, señalaron las mismas fuentes.
