La madre y el hermano del agente de la Policía Federal (PFA) Diego De Andreis, asesinado a tiros en 2010 cuando guardaba su auto en el garage de su casa de Manuel Alberti, declararon ayer en el juicio por el caso que creen que los agresores lo mataron porque querían su arma reglamentaria.
Amalia Fernández y Cristian De Andreis fueron los primeros dos testigos en declarar al comenzar el debate que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) 2 de San Martín le sigue a Orlando Raúl Monzón (25), único acusado del homicidio del policía.
Por el caso también fue imputado un sindicado cómplice de Monzón, Sergio Gauna (23), quien pocos días después de ser detenido en 2010 se ahorcó en el baño del calabozo donde estaba alojado.
El debate, a cargo de los jueces Héctor Sagreti, Daniel Petrone y Daniel Cisneros, comenzó alrededor de las 9.30 en una pequeña sala ubicada en Ugarte 1735, de la localidad de Olivos, sin público, ya que la familia de la víctima denunció con anterioridad que recibió amenazas por parte de allegados al imputado.
Homicidio
Luego que, por recomendación de su letrada, Monzón se negara a declarar, el Tribunal abrió paso a la ronda de testigos y convocó a la madre de De Andreis, quien relató que la noche del hecho escuchó desde su casa que su hijo llegaba, activaba la alarma del auto, daba unos "pasos rápidos como corriendo" y luego un disparo.
Según la mujer, al salir, vio a dos delincuentes, “uno parado y el otro inclinado pateándolo a Diego, moviéndolo”.
“El que lo pateaba y lo revisaba, creo que buscaba el arma”, dijo Fernández, y opinó que ése fue el objetivo de los asaltantes, porque “no le robaron ni la cadena de oro, ni cuatrocientos pesos que tenía en la billetera, ni las llaves del auto”.
Al ver a su hijo en el piso, la mujer gritó y llamó la atención de los ladrones, uno de los cuales -al que identificó en rueda de reconocimiento como Monzón- la apuntó con su arma, le apoyó el cañón en la frente y le dijo: “Metete adentro, hija de puta, porque te mato a vos también”.
Luego, recordó, ingresó en la casa, llamó por teléfono a su hijo Cristian, quien vivía a pocos metros del lugar y también es miembro de la PFA, tras lo cual salió nuevamente y vio a su hija Karina asistiendo a su hermano herido.
Como no vio a los delincuentes, la mujer contó que comenzó a buscarlos "para ver si se subían a un auto" y que llegó hasta el cordón de la vereda, desde donde observó que “iban caminando por el medio de la calle peleándose por algo”, que creía “era el revólver” de su hijo (en referencia a la pistola Bersa calibre 9 milímetros reglamentaria).
Luego de Fernández, declaró el hermano de la víctima, quien quebrado por el llanto relató cómo luego de ser despertado por el llamado de su madre, llegó al lugar y encontró a Diego ensangrentado en el suelo que le decía: “Me muero, me pegaron un tiro, me muero”.
El testigo afirmó además que su hermano llevaba “una tricota con el escudo de la policía”, por lo que cree que los delincuentes siempre supieron que se trataba de un agente.
"Nunca pensé que iba a llevar (baleado) a mi hermano, quizás a algún compañero", manifestó Cristian, quien refirió a los jueces que como la ambulancia "tardaba una eternidad", le pidió a los efectivos de la policía bonaerense que llegaron al lugar que cargaran a la víctima en el patrullero.
Testigos
Por la tarde declararon otros seis testigos presenciales, uno de los cuáles señaló a Monzón en la sala de audiencias como uno de los autores del hecho, mientras que el resto ratificó su reconocimiento del acusado en rueda de presos.
A su turno, declararon varios allegados y familiares del imputado que dijeron que al momento del hecho, Monzón estaba en su casa mirando televisión.
Por último, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 9 cuando comenzarán los alegatos de las partes. El hecho juzgado ocurrió el 4 de agosto de 2010, cuando De Andreis (22) regresaba a bordo de su Ford Ka a su casa ubicada en Los Caldenes 1052, en la localidad de Manuel Alberti, Partido de Pilar, tras prestar servicios en la comisaría 35 porteña.
El agente, quien estaba vestido con parte de su uniforme y una campera particular, ingresó el auto al garage y cuando se aprestaba a cerrar el portón de ingreso fue sorprendido por dos jóvenes armados que lo amenazaron con fines de robo.
Luego de robarle a De Andreis su pistola reglamentaria y su celular, los asaltantes huyeron del lugar a la carrera, mientras que el agente fue auxiliado por sus familiares y por la policía, que lo trasladó al Hospital de Malvinas Argentinas, donde murió cuando era intervenido quirúrgicamente.
Por su parte, Monzón llegó al debate acusado de homicidio criminis causa agravado por la condición de policía de la víctima y el debate se realiza en la órbita de la Justicia Federal porque se cree que el acusado mató a De Andreis para robarle su arma reglamentaria y a sabiendas de que se trataba de un miembro de la PFA.
Mudanza
Al finalizar su testimonio, el hermano de la víctima, Cristian De Andreis, relató que tiempo después del hecho, y con el imputado ya detenido, "aparecieron dos personas" por su casa, una de las cuales era aparentemente "un primo" del acusado, Raúl Monzón, quienes amenazaron a la familia, por lo que decidieron mudarse.