Una serie de extraños robos tiene a mal traer a los vecinos de uno de los complejos urbanos cerrados que más creció en el distrito durante la última década: Ayres de Pilar.
En las últimas semanas ya se contabilizan al menos ocho robos. En todos los casos, el o los ladrones repiten la misma modalidad: ingresan a casas que saben sin gente y buscan siempre el mismo botín, compuesto por dinero en efectivo, joyas y elementos de valor de tamaño reducido. En su paso por las viviendas, que revuelven en busca de cajas de seguridad, desdeñan artículos de electrónica y otros elementos más grandes, difíciles de ocultar o sencillos de rastrear.
Ninguno de los robos implicó violencia contra los habitantes de la casa, que siempre estuvieron ausentes durante las incursiones. Por eso, los vecinos tienden a fijar su mirada sobre alguien que tiene acceso directo al barrio y tiempo para controlar los movimientos de la casa elegida. Un vigilador, un trabajador eventual o, tal vez, un propietario de la urbanización.
A pesar de que las autoridades del barrio tratan de evitar que la situación tome estado público, algunos vecinos informaron a El Diario sobre los últimos hechos, la mayoría de los cuales fueron denunciados a la policía.
“Dicen que no quieren generar pánico entre los vecinos ni devaluar el target del emprendimiento”, señala uno de los vecinos que habló con El Diario.
Es que Ayres, ubicado en el kilómetro 43,5 de la Panamericana, en Del Viso es una urbanización prestigiosa. Sobre todo por su particular estilo de dividir la superficie en comunidades de entre 20 y 50 casas cada una, interconectadas entre sí, pero con características propias.
Los robos se dieron en diferentes comunidades, sin que hasta ahora la agencia de vigilancia Noble –que tiene a todo el barrio bajo su órbita- pudiera advertir la presencia de algún sospechoso.
Los hechos
El último intento de robo conocido ocurrió en la noche del viernes. Cuando volvió a su casa, el vecino encontró una abertura forzada y todo revuelto. Pero esta vez, los delincuentes no tuvieron suerte y no consiguieron encontrar la caja de seguridad, por lo que se fueron con las manos vacías.
El último fin de semana, el blanco elegido fue la casa que se levanta en el lote 19 de la comunidad El Arreo. Los dueños de la propiedad están de viaje en los Estados Unidos y un vecino de 31 años que tiene el encargo de mirar de vez en cuando que nada se salga de la normalidad.
Ese día, notó que una puerta y su bastidor estaban rotos, por lo que dio aviso a la guardia. Se comprobó que faltaban joyas y una cantidad no especificada de dinero en efectivo.
En la noche del 25 de diciembre, mientras se apagaban los últimos ecos navideños, se dio otro de los hechos denunciados en la comisaría 7ª del barrio Los Cachorros.
El dueño de la casa, es un empresario, pero quien la cuida es un familiar. Esa noche, había salido de la propiedad y estuvo afuera solo un par de horas. Fueron suficientes para que el ladrón notara la ausencia y tuviera la seguridad de poder actuar.
Según la denuncia, se llevó de la casa unos 8 mil dólares, 3 mil euros y joyas que estaban guardadas en una caja de seguridad que, en este caso, no fue resguardo suficiente.
Temor
“En las últimas semanas fueron robadas casas en las comunidades Los Corrales, La Rural, Los Galpones, La Matera. El personal de la agencia de Seguridad Noble confirmó los hechos”, describió uno de los vecinos que contó la situación a El Diario. Al igual que el resto de los testigos, lo hizo con pedido de que se mantuviera en reserva su identidad por temor a represalias.
“El gerente del barrio, Guillermo Caro, manifestó que se realizaron las denuncias correspondientes en la comisaría 7ª y que se está investigando con la colaboración de la fiscalía, pero que hasta el momento no hubo resultados”, señaló un vecino.
Dentro del barrio hay cierto malestar hacia la agencia de seguridad, cuyos vigiladores no pudieron prevenir los hechos. Para colmo, la situación se da justo en el momento en que se renegocia el precio del servicio para el año que viene.
La ola de robos a casas cuando sus ocupantes no están genera una preocupación adicional en época de vacaciones. Sobre todo cuando, hasta ahora, no se resolvió ni uno solo de los hechos.
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Son las comunidades o pequeños barrios que integran Ayres de Pilar.
El barrio
Naturaleza y seguridad, los conceptos clave
“Excelencia en el diseño de un masterplan que combina el contacto con la naturaleza con las comodidades y la seguridad de la familia”. Así describe la página web del barrio cerrado Ayres de Pilar cuáles son los principales beneficios de la urbanización.
Pileta para niños y adultos, nueve canchas de tenis, una de fútbol y un circuito aeróbico rodeado de una añosa arboleda son algunos de los plus que ofrece Ayres de Pilar a sus vecinos. Todo, claro, en el marco de la seguridad que es el corazón de las urbanizaciones cerradas. Un concepto que a veces queda en cuestión.