Todos los condenados pagaron la fianza y quedaron en libertad

La medida se efectivizó a las 19.50 tras permanecer dos semanas detenidos en Campana. Las mayores cauciones fueron de 500 mil pesos, para Guillermo Bártoli y de 400 mil para Sergio Binello.

19 de noviembre de 2011 - 00:00

 

Foto: Captura TV C5N.

En fila. Momento en que los detenidos abandonan el penal de Campana.

 

Todos los condenados por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce pagaron ayer la fianza que les fijó el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro y recuperaron su libertad tras permanecer dos semanas presos, informaron fuentes judiciales.

La mayor caución, de 500.000 pesos, fue fijada para el cuñado Guillermo Bártoli, mientras que en el caso del vecino Sergio Binello, la fianza es de 400.000; para John Hurtig, 350.000; para Horacio García Belsunce (h), 150.000; y para el médico Juan Ramón Gauvry Gordon, 30.000 pesos.

Una vez que todos depositaron el dinero, los miembros del TOC 1 enviaron un oficio a la Unidad 41 de Campana y a las 19.50 los cinco salieron en libertad caminando por la puerta del penal después de cumplir con los trámites de rigor.

En la puerta de la cárcel estaba la hermanastra de María Marta, Irene Hurtig, quien subió en su camioneta a su esposo Bártoli, que lucía cabeza rapada y chomba ancha azul, y a su medio hermano Horacio, que al igual que el resto no hizo declaraciones.

Hurtig sostuvo que “el monto de las fianzas es arbitrario, pero todos los amigos, especialmente los de John, ayudaron a juntar la plata” para que ayer pudiera recuperar la libertad.

Irene adelantó que realizará los trámites para que su casa deje de ser “bien de familia” y poder colocarla como caución, de manera de poder retirar el dinero en efectivo aportado por allegados y, así, poder devolverlo.

“La fianza se pagó rápido porque hace diez días que la  familia viene pidiendo dinero prestado. Sabíamos que la caución iba a ser un despropósito y habíamos calculado cien mil dólares, que fue más o menos el monto de la caución fijada a Bártoli”, dijo a Télam su  abogado, Alejandro Novak.

Para los únicos que la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro había dado instrucciones de que se aplique una caución real “significativa”, era para Bártoli y García Belsunce (h), ya que son los dos a quienes se les aplicó una condena mayor, 5 y 4 años de prisión respectivamente.

Pero el TOC 1 de San Isidro fijó cada uno de los montos de acuerdo a la situación patrimonial actual de los condenados. Para ello, los jueces ordenaron el miércoles último la realización de un informe socioambiental de cada imputado para actualizar los que había en la causa y databan de 2003.

La resolución fue un nuevo fallo dividido del TOC 1, en el que la los jueces María Elena Márquez y Ariel Introzzi Truglia votaron por las fianzas que finalmente fueron fijadas y el juez Alberto Ortolani, votó en minoría por cauciones menores.

Ortolani había fijado la fianza de Bártoli en 150.000 pesos, la de García Belsunce en 80.000 y la de John Hurtig en 50.000, mientras que en el caso de Binello y Gauvry Gordon había optado directamente por la caución juratoria.

En el caso de Binello, su defensa tenía dos opciones: esperar a que se efectivice la prisión domiciliaria que el jueves el mismo tribunal le otorgó en su casa del country Carmel, portando una tobillera electrónica, o pagar la fianza para su excarcelación, lo cual finalmente hizo.

El 4 de noviembre pasado, los cinco fueron condenados por el encubrimiento agravado del crimen de María Marta, cometido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel de Pilar.

El tribunal dio por probado que todos sabían que María Marta había sido asesinada y realizaron distintas maniobras para encubrir el homicidio, como alterar la escena del crimen, gestionar un certificado de defunción “trucho”, evitar que llegara la policía, tirar una bala por el inodoro y, en el caso del médico, no realizar la denuncia por muerte violenta.

Luego de permanecer cuatro días en la DDI San Isidro, todos fueron alojados en la Unidad 41 de Campana, donde se reencontraron con el viudo Carlos Carrascosa, quien cumple allí una condena de prisión perpetua como autor del crimen de su esposa.

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