Buscando a Memo. Rodríguez (16 puntos), corazón y goles para Sportivo en una Caldera bien caliente.
En el partido más parejo de los últimos tiempos Sportivo se impuso anoche 66-59 a Atlético para ponerse 1-0 en los playoff de semifinales de la Liga Zárate-Campana. En una semana se jugará la revancha en El Rancho.
En una Caldera con unas 400 personas se vivió un juego vibrante y con final cerrado hasta los últimos minutos. En los momentos claves aparecieron los nombres de Sportivo, que además esta vez apeló a su mística de garra y corazón.
A la hora de hablar de los argumentos hay que buscar por el lado de la defensa del Rojo (gran noche de Walter Cricrí -10-), la mano de Román Rodríguez (16) y la actitud para atacar el aro de Maxi Gutiérrez (16) en los momentos más calientes.
Atlético esgrimió sus armas: el poder ofensivo de Germán Género (goleador del partido con 19) y el saber aprovechar las oportunidades que le abría su propio rival. Pero esta vez el equipo estuvo más apagado y errático y no le alcanzó.
Arrancó mejor Sportivo, con Cricrí controlando a Género y un buen comienzo goleador de Gutiérrez (7 puntos en el primer cuarto). El Rojo propuso vértigo de orilla a orilla y sacaba ventajas. Pero Alejandro Irigoyen (9) con dos triples, sostenía a Atlético.
Después de varios intentos fallidos pudo meterla Memo Rodríguez y un buen ingreso de Christian Arias (7) le dio una luz al local para cerrar el primer parcial 19-14.
En el segundo cuarto Sportivo comenzó a ser un calco de aquel que había sido vapuleado por Atlético en la fase regular, hace apenas unas semanas. Errores de todos los colores. Y se sabe que los de Rubén Montani saben aprovechar con inteligencia esas ventajas. Faltando 4:24 Sportivo pudo meter el primer doble. Atlético aprovechaba todas las grietas defensivas para meter un parcial increíble de 21-4 e irse al descanso largo 35-23 arriba.
En el comienzo del tercero, Santiago Sicardi se anotó con 6 puntos seguidos (un doble, un triple y uno desde la línea) para comandar la reacción roja.
Volvió Cricrí a la cancha para seguir muy sólido en defensa y conseguir goles importantes. De a poco a Atlético se le fueron cerrando los caminos y empezó a ser Genero-dependiente. Así, con otro parcial sin equivalencias (25-10 para el local) entraron al último cuatro con Sportivo arriba 48-45.
Y ahí se vio lo mejor de la noche. Nervio, errores, roces y todos poniendo lo que hay que poner, si al fin y al cabo se estaba jugando el clásico de la ciudad.
Triple clave de Arias; robo y gol en la otra orilla de Cricrí; respondía el Hueso Irigoyen también de tres (55-53), triple de Piaggio 58-53 hasta que el mismo lujanense, a pura energía llegó hasta abajo, le hicieron falta y convirtió. Pareció ser el golpe de gracia.
Sportivo lo ganó, una vez más, por el peso de sus individualidades, mejoró algo como equipo pero aún está lejos. Al menos volvió a entender cómo se juegan los clásicos. Atlético sigue demostrando que es un gran equipo y que nunca se rinde. Dentro de una semana se viene el segundo capítulo. El básquet local sigue de fiesta.
No pudo
Maximiliano Lamarque apenas pudo jugar un par de minutos y tuvo que salir por la lesión cervical que lo aqueja desde hace unos días.
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