El Cheto apunta a una rehén en la puerta del Banco. Luego se entregaría.
El delincuente que el jueves asaltó el Banco Nación de Pilar y se atrincheró durante cinco horas con más de 40 rehenes, estuvo preso por otros robos, fue liberado en mayo último y ahora es investigado por un asalto a un restaurante de la Panamericana, un frigorífico y una financiera, todo en nuestro distrito.
En tanto, otro joven quedó formalmente detenido como presunto integrante de la banda que robó la entidad, tras ser delatado por un familiar de Jonathan Josué Rodríguez Coronel (20), alias “El Cheto” o “Chilenito” o “Jony”, como también se lo conoce en su localidad, Manuel Alberti, quien lideró el copamiento del banco.
El jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Paggi, explicó que el robo al Banco Nación de Pilar fue concretado por “una banda de cuatro personas organizadas para estos fines, que tenían antecedentes y que ya la Policía las había aprehendido en otras dos oportunidades”.
Al respecto, fuentes judiciales informaron que luego de su exposición pública del jueves, “El Cheto” quedó más comprometido en una serie de robos en los que ya venía siendo investigado.
“Algunas víctimas de dos robos ocurridos en Pilar, uno en el restaurante “Casimiro” (Panamericana kilómetro 39,5) y otro en un frigorífico, llamaron ayer a la Policía para decir que el ladrón que salió por televisión y en todos los diarios, es uno de los que los asaltaron”, afirmó una fuente judicial.
Esta información fue ratificada por una oyente de FM Plaza, que dijo llamarse María Inés y que corroboró que el día que Rodríguez Coronel asaltó el restaurante ella se encontraba en el lugar.
El propio ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, explicó que “El Cheto” estuvo detenido por el robo a un supermercado y en mayo pasado fue excarcelado por la Justicia.
“Tenía un par de hechos imputados, con una detención en el mes de febrero, marzo, por un hecho similar en grado de tentativa. Fue excarcelado a mediados de mayo aproximadamente”, detalló Casal en diálogo con una radio capitalina.
Según el ministro, si bien no conoce la causa, obtuvo un oficio del ámbito penitenciario en el que la Justicia “ordena su libertad en un proceso penal por una causa parecida en grado de tentativa”.
Por su parte, Paggi explicó que Rodríguez Coronel y el detenido ayer casi en simultáneo con la toma de rehenes, Raúl Enrique Martini, purgaron un tiempo de prisión por un robo a un supermercado y la tentativa de robo en una financiera.
Segundo detenido
Martini, de 21 años, fue aprehendido en la tarde del jueves en una estación de servicio ubicada en Panamericana y ruta 26, en Del Viso, aparentemente luego de una pista aportada por una familiar de “El Cheto”.
Es que cuando la Policía fue a buscar en la localidad de Manuel Alberti, a un familiar de quien en ese momento había copado el banco, para que intentara mediar en la negociación, esa persona del entorno íntimo contó que los compañeros de andanzas del joven siempre paraban en la estación de servicio mencionada.
En medio de la toma de rehenes, a las 15.30, cuatro sujetos sospechosos a bordo de dos motos discutían en las cercanías de la estación de servicio señalada. Hasta allí llegó la policía que tras identificar a los sospechosos, los trasladó a la Comisaría 7ª.
Según fuentes oficiales, estos sujetos podrían tener vinculación con el robo al Banco Nación. Al llevar a la fiscalía a los detenidos, al menos dos de los testigos que se preparaban para prestar declaración, una vez que Jonatan Rodríguez Coronel se había entregado, reconocieron a uno de los jóvenes como cómplice del “Chilenito” y uno de los cuatro que ingresó a la entidad bancaria.
El joven quedó imputado, mientras que un tercero que notoriamente para la policía se había afeitado la cabeza minutos antes de la aprehensión, quedó en libertad junto al resto, porque no se encontraron pruebas suficientes para imputarlo en el hecho. Aunque siguen bajo investigación.
Tras permanecer más de cinco horas en el banco, y luego de tomar contacto con negociadores, que accedieron a llevar a su esposa y a su beba hasta el lugar, el asaltante se entregó y liberó a los rehenes.
Paggi dijo que ahora la policía trabaja para lograr la detención de los otros dos delincuentes que participaron del asalto, sobre quienes se tienen indicios.
Se negó a declarar
Por consejo de su defensora oficial, Rodríguez Coronel se negó a declarar en la tarde de ayer ante el fiscal Mariano Magaz, que reemplazó temporalmente a Loiterstein, mientras que Martini se declaró inocente y dijo que a la hora del robo estaba con familiares.
Fuentes judiciales indicaron que al margen de esta coartada, el fiscal Magaz dispuso que Martini permanezca detenido a la espera de que se resuelva su situación procesal.
Ambos están acusados de robo doblemente calificado por ser cometido en poblado y en banda y por el uso de arma, privación ilegal de la libertad, atentado y resistencia a la autoridad, abuso de arma y tenencia ilegal de arma.
Habló el gerente
“Será un antes y un después para el banco”
El gerente de la sucursal Pilar del Banco Nación, donde se produjo el asalto con toma de rehenes, consideró que el episodio va a marcar “un antes y un después” en la entidad. “Intuyo que es un antes y un después para el banco”, expresó a la prensa Eduardo Hirsch, al ser consultado sobre cómo se llevarán adelante de aquí en mas las tareas de seguridad en la entidad.
“Es complicado, porque hoy en día hay mucha demanda de público, se forman largas colas y con una muy buena voluntad y predisposición tenemos dos policías, uno de ellos que nos ayuda a controlar la fila, porque hay gente que se pone nerviosa. Eso ha logrado que se vulnere la vigilancia de algún modo”, sostuvo el gerente.
“Esa es una función que al policía no le corresponde pero no hay muchas alternativas, ya que disponer de personal solamente para que ordene una fila es un poco complicado”, agregó.
Hirsch recordó las horas que permaneció como rehén en el banco, junto a su pequeño hijo de 10 años, que lo había acompañado a trabajar y permaneció escondido en un baño durante las cinco horas en las que el delincuente estuvo atrincherado en la sucursal.
El gerente contó que si bien él no tuvo contacto con el asaltante, ya que éste estaba en la planta baja y su oficina está en la planta alta, escuchaba todo lo que sucedía.
“Conmigo no tuvo ningún trato porque en el momento en que ocurre esto el delincuente queda solo y tiene que quedarse junto a la puerta para controlar la situación. La gerencia en el banco está en la planta alta, donde éramos 4 o 5 empleados, estábamos arriba y por suerte no tuvimos la presión de todo el hecho, de las armas y los disparos”, recordó.
Sobre su hijo, Hirsch dijo que habitualmente lo acompaña un día al trabajo en sus vacaciones y aseguró que todo lo vivido “lo tomó con mucha tranquilidad”. “No sé si no se dio cuenta de la situación o si fue por su fortaleza, pero realmente lo superó muy bien”, dijo.
El gerente aseguró que el delincuente “estaba drogado y hacía cualquier cosa” y que “quedó solo y abandonado por los otros tres cómplices porque no tuvo la oportunidad de escapar”.
“En algunos momentos estaba muy exasperado, se ponía nervioso por cosas muy tontas. Había elegido a uno de los empleados para que le arme los cigarrillos y este chico no sabe fumar, no entiende nada de nada y no sabía hacerlo, entonces se ponía muy nervioso, al punto que lo tenía amenazado con la pistola en la nuca todo el tiempo”, recordó.
Finamente Hirsch dijo que temió por su vida y la de los rehenes y recordó que los momentos “más difíciles” fueron “los silencios”, ya que “no se sabe qué se está elucubrando”.
“Jamás me imaginé que podía ocurrir un hecho así, por la ubicación del banco, que está a menos de 100 metros de la comisaría, en la esquina de la fiscalía y a la vuelta de la DDI Pilar”, concluyó.
Críticas
El Diario recibió ayer, a través de su página de Internet, pilaradiario.com, varios comentarios de los lectores señalando la atención que se brinda a los clientes en el Nación (sobre todo a los jubilados), el desborde de gente que se produce en la sucursal del centro y sobre todo, el supuesto maltrato y mala predisposición del personal que debe atender al público.