Poco después del mediodía, el delincuente sale a la puerta del banco apuntándole a un empleado, para hacer sus primeras exigencias.
La toma de rehenes que se desarrolló durante la tarde de ayer en la sucursal Pilar del Banco Nación terminó con un joven de 20 años detenido, luego de cinco horas de máxima tensión que mantuvieron en vilo a toda la región. El delincuente se llama Jonathan José Coronel, es oriundo de Manuel Alberti y lo apodan “El Cheto” o “El Chilenito”.
La balacera interrumpió la parsimonia que dominaba el centro de Pilar: pasadas las 12, los tiros sorprendieron a todos y aterrorizaron a los peatones que circulaban por las inmediaciones del Banco Nación, ubicado en la esquina de Rivadavia y Tucumán, una de las más transitadas del distrito.
Pocos minutos después del mediodía, un grupo de delincuentes ingresó fuertemente armado a la sucursal bancaria. Luego de tomar algunas bolsas con dinero, se dispusieron a escapar, pero antes debieron trenzarse en un feroz tiroteo con personal policial que se encontraba en la entrada del lugar. Como resultado, entre dos y tres ladrones lograron escapar en un auto marca Peugeot, mientras que uno de ellos no pudo hacerlo y se quedó dentro del banco, tomando como rehenes a medio centenar de personas, entre clientes y empleados, situación que se prolongó durante toda la tarde.
En medio de ese tiroteo, una mujer resultó herida en un ojo cuando, por los balazos, estallaron los vidrios de un comercio lindero al banco asaltado.
Una situación fortuita provocó que El Diario Regional fuera el primer medio presente en el lugar: este cronista se encontraba en ese momento dialogando con María José Cozzani, directora de Defensa del Consumidor, cuya oficina está ubicad a escasos 40 metros del Banco Nación. El tiroteo interrumpió la conversación: de repente se escucharon no menos de treinta detonaciones, provocando que los peatones huyeran despavoridos buscando refugio en el local comercial más cercano.
Precisamente, a Defensa del Consumidor llegó una mujer junto a su hijo, en medio de una crisis nerviosa. “Pasaba por la puerta del banco y sentí los tiros. En ese momento una mujer me empujó y casi me tira al suelo, se subió a un auto que la estaba esperando y escapó”. A su lado, su hijo afirmó que “la mujer salió del banco”.
Al cabo de unos cinco minutos, algunos móviles policiales ya habían arribado al banco para rodearlo. Es que esa sucursal está ubicada a media cuadra de la Comisaría Pilar 1ª, la sede de la Subdivisión de Investigaciones, la Policía Departamental y la Fiscalía, lo que ayudó a que las fuerzas del orden llegaran de inmediato. A su vez, con las horas trascendió que había un policía oculto en el búnker del banco, que dio información precisa a sus colegas.
No obstante, la fuerte presencia policial no detuvo al ladrón, quien realizó entre tres y cuatro disparos más, haciendo estallar uno de los vidrios del banco. Mientras tanto, los curiosos se apostaban en las entradas de los comercios y edificios para poder seguir de cerca los acontecimientos. Precisamente, la proximidad de este periodista a la sede bancaria permitía ver a través de sus vidrios a un joven delgado, de pelo corto y negro, vestido con un traje oscuro, que portaba un revólver en una de sus manos, así como a gente sentada en el suelo.
Minutos después de las 12.30, comenzaron a salir los primeros rehenes, entre ellos una mujer embarazada, una señora con su hijo, un hombre con un niño en brazos y un señor que fue subido a una ambulancia, mientras gritaba “traigan una cámara”.
Si bien en un momento se creyó que eran dos los delincuentes que estaban adentro del Banco Nación, finalmente se confirmó que era sólo uno: Jonathan Coronel, según él mismo indicó en una conversación telefónica con un canal de televisión. “Tráiganme cámaras, un coche y comida para la gente, que tiene hambre”, pidió en el diálogo televisivo el ladrón, apodado “Cheto” o “Chilenito”, quien además amenazó estar armado “con dos pistolas y una bomba”.
Con el correr de los minutos, la policía fue ampliando el vallado, cortando el tránsito vehicular y de peatones a dos cuadras a la redonda, lo que aumentó la incertidumbre de los familiares y allegados de los rehenes (ver aparte), quienes necesitaban tener alguna certeza del estado en que se encontraban. Para ese entonces, al lugar ya habían arribado el jefe de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, y poco después el ministro de Seguridad, Ricardo Casal. Además, las paredes laterales del banco fueron rodeadas por efectivos del Grupo Halcón.
Minutos después de las 15, el ladrón fue complacido en uno de sus pedidos: una persona acercó dos bolsas de comida, sacadas del supermercado La Eco ubicado junto a la comisaría. Sin embargo, una de las razones que habrían provocado su rendición fue la llegada al lugar de su mujer y su pequeña hija de 10 meses, quienes fueron llevadas al banco por la policía, para tratar de conmover al delincuente y lograr que depusiera su actitud.
Desenlace
Cuando parecía que la toma de rehenes iba a prolongarse durante varias horas más, alrededor de las 17 llegaron las buenas noticias: Jonathan iba a rendirse. El joven salió por sus propios medios del Banco Nación junto a un jubilado quien lo convenció para que se entregara. Fue llevado a pie por la policía hasta la sede de la Fiscalía, ubicada a 100 metros del edificio. Su corta edad quedaba demostrada en su aspecto frágil y casi esmirriado: el traje le quedaba grande y los policías le sacaban casi una cabeza de estatura. “El Cheto” terminaba así su día de furia.
De inmediato, un enjambre de periodistas rodearon a Casal y Paggi. El ministro expresó que “la situación del banco está terminada. Hemos liberado a todas las personas retenidas, están todas sanas”. El hombre agregó que “la entrega fue sin violencia, (el delincuente) se entregó luego de ver a su familia y fue llevado a la Fiscalía. No pidió nada a cambio de su entrega, fue un trabajo de mucho convencimiento por parte de los negociadores de la policía”. Casal comentó que Coronel “estaba en una situación de nervios exagerada, hubo que calmarlo, y por suerte accedió a los reclamos”.
Hasta el momento, “El Cheto” es el único detenido, pero los investigadores están detrás de cuatro personas demoradas que podrían estar vinculadas con el hecho, según precisó Casal. A su vez, aún no trascendió cuánto dinero alcanzaron a llevarse los prófugos.
Por su parte, el fiscal Leonardo Loitersten confirmó que Jonathan Coronel contaba con una causa abierta, por un asalto cometido en un supermercado de Tigre. A partir de sus fotografías, los pesquisas también creen que el sospechoso pudo haber participado hace cinco días de un asalto a una financiera de Pilar, donde golpearon a un custodio.