De lunes a viernes, a clase; los sábados a pintar la escuela

Un grupo de alumnos de la Secundaria Nº13 se reúne los fines de semana trabajando en las aulas de la Escuela Nº 26, donde asisten. Lo hacen desde mayo y se siguen sumando voluntarios. 

7 de julio de 2013 - 00:00

 Un grupo de estudiantes de la Secundaria N º13, que funciona en el edificio de la Escuela N º26, pleno centro de Pilar, decidió poner manos a la obra. Desde mayo último, todos los sábados a la mañana, los chicos se juntan en la escuela para hacer tareas de mejoras, la más profunda, de pintura de las aulas.

Hace unos meses, distintas agrupaciones políticas (dicen que no vale la pena mencionar sus nombres, aunque prometen no olvidarse de ellas), les prometieron sumar su apoyo para ocuparse del mantenimiento de una de las escuelas más antiguas de Pilar, por donde a diario cursan alumnos de cuatro escuelas distintas, entre primaria, secundaria y adultos.

Está casi de más decir que la ayuda de las agrupaciones políticas jamás llegó. Sin embargo, dio lugar a que los mismos estudiantes llevaran a cabo la tarea. “Como no se concretó, decidimos tomar la posta nosotros”, cuenta la directora de la institución, Mónica Osan Chilo.

Así fue como desde mayo, voluntarios que asisten al edificio de la conocida Escuela Nº26 durante la semana se presentan en el lugar para pintar las paredes de las aulas y de los pasillos.

Sí, créase o no, son jóvenes que se prestan a ir al lugar un sexto día de la semana para contribuir para que el resto de los días, la escuela esté un poco más linda. “Los chicos están estigmatizados, porque a veces hay peleas en la plaza, pero son los menos. Hay muchos otros que hacen cosas buenas, como colaborando con esto”, sostiene la directora, con la mirada puesta en el trabajo que 21 alumnos realizaron ayer en la institución que se conformó hace 2 años y que recién en este último, tuvo su cooperadora.

Así, cada sábado desde las 10, entre las charlas que provienen de la percepción del estado de las aulas, surgen conversaciones que poco tienen que ver con la currícula, pero que continúan fortaleciendo a un grupo que tiene como objetivo ver a las aulas más limpias y hacer más agradable el ambiente en el que se estudia.

 

El ejemplo

“Queremos mostrar que los chicos se pusieron las pilas. Hay que mostrar que hay participación y que se puede”, cuenta Carlos Ávila, docente de filosofía de la Secundaria 13. Junto a él también se encuentran otros docentes, auxiliares y la presidenta de la asociación cooperadora. Todos ellos, sin la obligación de estar allí, pero con las ganas de transformar la realidad.

Lo mismo sucede con los chicos, y en especial los de 6º año, quienes en algunos meses dejarán de asistir a la institución. “Lo hacemos para todos los compañeros y para nosotros mismos, pero también para dar el ejemplo”, afirma una de las alumnas que se sumó al proyecto allá por mayo, cuando eran apenas siete voluntarios.

Ayer asistieron 21 personas que han sido testigos del deterioro del lugar, pero que con sus brochas y rodillos intentan contrarrestar el paso del tiempo.

“Estaría bueno hacer una vaquita y poner las cerraduras, y que también venga alguien a arreglar las puertas”, propone otra alumna mientras están culminando con la tarea de pintar dos aulas.

Lejos de un pensamiento individual, son los integrantes del grupo compuesto por alumnos de distintas edades, quienes pintan las aulas sin detenerse en la cuestión si es dicho espacio donde toman clases.

Tan solo en el sector de la secundaria, asisten diariamente 600 alumnos, sin contar aquellos del secundario nocturno, el primario nocturno y el primario con el que comparten el edificio cada día.

Por tal motivo se propuso al sábado como el día señalado para las tareas por realizar: “Podíamos hacer una jornada donde suspendíamos las clases, pero era complicado porque esta escuela es muy novedosa”, añade Osan Chilo quien propone un nuevo fundamento: “Acá funciona el Plan Mejora para aquellos que tienen dificultades de estudio, así que la escuela ya estaba abierta por ellos los sábados”.

 

 

La frase
“Los más grandes abren camino y los chicos van a continuar”, directora Mónica Osan Chilo sobre los alumnos de 6º año.

 

 

Pedido
Aunque el dinero de los materiales provenga de los fondos de la cooperadora, aún se requiere de pintura para continuar con el trabajo de embellecimiento de las aulas. Lo mismo para pinceles y rodillos. Si algún voluntario ajeno al establecimiento desea sumarse, “las puertas están abiertas”, cuenta la directora Mónica Osan Chilo.

 

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