En un escrito de 113 páginas, Carrascosa narra los hechos en primera persona.
En un escrito de 113 páginas, Carrascosa narra los hechos en primera persona.
Carlos Carrascosa, viudo de María Marta García Belsunce y único detenido por el crimen cometido en el 2002, demandó al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La demanda fue presentada el pasado 8 de febrero, aunque la noticia recién trascendió ayer, difundida por la agencia de noticias Efe.
Carrascosa, fue condenado en el 2009 por la cámara de casación a prisión perpetua por el homicidio de su esposa, después de haber recibido una condena por encubrimiento por el mismo hecho en 2007.
Ahora, alega que muchos de los derechos y garantías del “debido proceso legal” contemplados en la Carta Interamericana –uno de los pactos internacionales de Derechos Humanos que forman parte de la Constitución Nacional desde la reforma de 1994- han sido violados en su caso.
La demanda presentada en Washington, fue comunicada por su abogado a las autoridades judiciales argentinas. Está registrada con el número P-162-10 en la CIDH, que aún debe decidir si admite la apertura del trámite.
En diálogo con la agencia Efe, el abogado de Carrascosa, Fernando Díaz Cantón, opinó que “la actuación de la Justicia argentina en este caso ha sido definitivamente mala”.
Los dardos de la demanda apuntan principalmente a la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires y al fiscal Diego Molina Pico, al que acusan de haber utilizado los medios de comunicación para volcar a la opinión pública contra Carrascosa y de ese modo presionar a los jueces.
Yo acuso
La demanda presentada por el viudo de 66 años es un escrito de 113 carillas en el que hace un relato en primera persona, acusa a Molina Pico de “tergiversar pruebas” y “ensayar conjeturas” sobre el supuesto móvil del crimen y hace seis peticiones a la CIDH, empezando por la de declarar admisible la demanda.
También le pide que “oportunamente” declare que el Estado argentino violó los derechos consagrados en cincos artículos de la Carta Interamericana, y que “ordene cesar las violaciones de los derechos humanos” y reparar los derechos conculcados.
También, y “en consecuencia”, reclama que se ordene “inmediatamente” su libertad, la anulación de la sentencia condenatoria y la absolución de culpa y cargo, así como “una adecuada reparación económica por los daños y perjuicios sufridos”.
En la demanda, Carrascosa menciona que Molina Pico llegó a sembrar la sospecha de que él tenía vínculos con el cartel de Juárez a partir de un anónimo que dijo haber recibido.
Tal hipótesis, luego retirada por el propio fiscal, dejó “su huella indeleble en la opinión pública, a la que los jueces argentinos no son para nada indiferentes”, señala el demandante.
Las acusaciones contra el fiscal se refieren además a cuestiones de procedimiento, como el hecho de que al final del juicio mantuviera dos hipótesis alternativas: que Carrascosa fue el homicida y al mismo tiempo el encubridor del homicida.
Finalmente, el tribunal del juicio oral, con el voto en contra de uno de los tres jueces, que defendía la absolución, condenó a Carrascosa como encubridor, pero el fiscal presentó un recurso a la cámara de casación, que tiene como función velar porque no haya errores en la aplicación del derecho.
La cámara acabó condenando a prisión perpetua al viudo de García Belsunce como homicida con el agravante del vínculo matrimonial.
“Esperamos que esto (la demanda) sea un acicate para hacer las cosas bien. Argentina siempre suele respetar los criterios de los organismos internacionales”, dijo el abogado.
Díaz Cantón manifestó su confianza en que “la gravedad y la índole” de las denuncias incluidas en la demanda lleven a Argentina a buscar una solución amistosa en el marco de la Comisión.
“Carrascosa tiene 66 años y no tiene mucho tiempo para esperar”, subrayó Díaz Cantón.
Otro juicio
Una causa que tiene asuntos pendientes
Mientras espera que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos acepte la demanda presentada contra la Justicia Argentinas, Carlos Carrascosa tiene un ojo puesto en la Suprema corte de Justicia de la provincia.
Detenido en la cárcel de Campana, el viudo de María Marta García Belsunce aguarda el resultado de un recurso presentado ante el máximo tribunal bonaerense para anular el fallo de casación que lo condenó a perpetua en el 2009.
Desde entonces, tampoco hubo avances en la causa en la que el máximo tribunal penal de la provincia ordenó que también se investigue por el homicidio a Guillermo Bártoli e Irene Hurtig, cuñado y hermanastra de María Marta.
La socióloga, de 50 años, fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel, de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera, y su marido siempre sostuvo que creyó que se trató de un accidente porque era “muy torpe”.
Sin embargo, una autopsia hecha un mes después comprobó que la mujer tenía seis balazos en la cabeza y el viudo se convirtió en el principal sospechoso.
La autopsia se realizó un mes después de su muerte y muchas de las pruebas de los peritos también tuvieron lugar con mucho retraso. Tanto, que hasta hoy no se ha hallado el arma homicida y ninguna de las manchas de sangre que quedaron en el lugar del crimen, que indican la presencia de varias personas no identificadas, corresponde al hoy condenado.