Demasiado joven, demasiada violencia, demasiado dolor

Jugaba al rugby en Deportiva Francesa y su vida social se desarrollaba en el distrito. Su asesinato causó un  profundo dolor en la juventud pilarense, que asumió protagonismo en los pedidos de justicia.

28 de diciembre de 2010 - 00:00

 

Compañeros de escuela y de rugby de Matías pidiendo justicia.

 

Matías Berardi regresaba de una fiesta de egresados en la madrugada del martes 28 de septiembre, cuando fue secuestrado en las inmediaciones del cruce de la Ruta 26 y Panamericana. Lo que siguió fueron 24 horas de terror y el final más cruel: fue ejecutado de dos balazos por sus captores. El joven de 16 años jugaba al rugby en el club Deportiva Francesa y tenía gran cantidad de amigos en Pilar, motivo por el cual su asesinato conmocionó al distrito.

Desde entonces, fueron sucesivas las muestras de dolor y los pedidos de justicia por parte de sus allegados pilarenses. La más significativa tuvo lugar el 5 de octubre cuando el gobernador Daniel Scioli se encontraba inaugurando el centro de monitoreo de cámaras de seguridad en la avenida Tratado del Pilar. Hasta allí se dirigió un grupo de chicos y padres reclamando el esclarecimiento del asesinato. Minutos después algunos representantes fueron atendidos por el mandatario bonaerense.

Un día antes, Matías fue recordado en una multitudinaria misa organizada en la iglesia Nuestra Señora del Pilar que fue oficiada por el padre Tomás Llorente.

Por su parte, el club Deportiva Francesa permaneció cerrado por duelo durante varios días y en el fin de semana subsiguiente al asesinato, la División Superior salió a la cancha con remeras negras y una bandera que rezaba “Matías somos todos ¿en qué podemos ayudar?”.

A su vez, el último domingo, el matrimonio Berardi y la  Red Solidaria organizaron en San Isidro un maratón de 300 metros para recordar a Matías, del que participaron gran cantidad de jóvenes pilarenses.

 

Los hechos

La trágica historia se inició cuando Matías descendió de la combi que lo trasladaba desde la disco Pachá de Capital Federal, en la estación de servicio del cruce de la Ruta 26 y Panamericana (Del Viso) con la intención de abordar otro transporte que lo llevara a su casa ubicada en Ingeniero Maschwitz. En las inmediaciones del lugar fue capturado por los secuestradores, que lo trasladaron a una herrería en Benavidez.

Desde entonces, sus padres recibieron ocho llamados extorsivos. Cerca de las 19, el joven consiguió escapar pero la negativa de los vecinos ante su pedido de ayuda desembocó en una nueva captura y un desenlace fatal que se concretó en la madrugada del miércoles en un descampado de Campana. Allí fue ejecutado de dos balazos en la espalda.

El dueño de la herrería donde Matías Berardi estuvo secuestrado está acusado de ser el autor material del crimen. En total, por el hecho se detuvieron a diez personas, ocho de las cuales fueron procesadas con prisión preventiva.

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