por Sergio Abrate
s.abrate@pilaradiario.com
Hay que decirlo. La entrevista fue hecha el jueves
por la mañana y nuestro personaje, Daniel Pipi Piazzolla, está nervioso. No tanto
por el concierto que horas más tarde dará en el Konex junto a Javier Malosetti,
Kevin Johansen y la Bomba del Tiempo. La ansiedad está puesta en la lluvia de
goles que su amado River deberá sembrar en el Monumental para seguir camino en
la Copa Libertadores. El show lo había cerrado hace meses sin jamás imaginar
tremenda superposición. "Creo que va a ser una noche épica y me la voy a perder”,
vaticina. Y así fue nomás.
"La Gallardeta” es una
composición que está incluida en "Transmutación”, el disco que Pipi grabó junto
a Damián Fogiel (saxo tenor y soprano) y el guitarrista Lucio Balduini.Sí, está dedicada a Marcelo Gallardo. ¿Fanático yo?
Justamente con estos músicos, el nieto de Astor se
presentará el próximo sábado a las 22 en IntegArte, el centro cultural por el
que se da una vuelta cada vez que su agenda se lo permite. Antes de ese show,
donde promete desplegar su nuevo material, charló con El Diario.
-¿Cómo
está transitando tu vida musical?
-Bien,
muy activo con Escalandrum y con mí trío. La verdad que con Escalandrum no
paramos de viajar por todos lados, por todo el mundo. En unos días vamos a
grabar nuestro nuevo disco a Abbey Road, en Londres (donde The Beatles registraron
casi toda su discografía). Con el trío ya tenemos dos discos editados. El último,
"Transmutación”, ganó el Gardel al Mejor Álbum de Jazz el año pasado y ahora
estamos preparando uno nuevo del cual tenemos el material ya casi listo y que seguramente
lo entraremos a grabar en diciembre.
-¿Cómo
disociás ambos trabajos? Porque son proyectos distintos ¿Tienen puntos de
contacto?
-Son
dos grupos muy diferentes. En Escalandrum, por lo general, componen Nicolás
Guerschberg y Damián Fogiel. En mi trío compongo yo. Ya desde ese lado, es
distinto. La formación y la búsqueda también son distintas. Mi trío puede
llegar a sonar más riesgoso y contemporáneo, me refiero a que hay mucha
improvisación, mucho riesgo y experimentación. En Escalandrum, al ser un
sexteto ya consolidado hace 18 años, tenemos un idioma para expresarnos, una
música que está buenísima, que suena muy urbana. Son bien distintos. Después,
el mayor problema es la agenda, siempre. Aparte, toco con mil grupos más como Fernández
4, Pájaro de Fuego, con el trío de Hernán Jacinto, pero la prioridad siempre es
Escalandrum, eso ya está claro desde el comienzo. Esa puede llegar a ser la
única traba entre los proyectos. Después, en cada uno toco muy distinto, no soy
un típico baterista que siempre más o menos toca lo mismo, sino que toco todos
los shows distinto en cada proyecto y voy inventando los ritmos para acompañar
en el momento.
-Un
culto a la improvisación.
- Yo escucho un tema y hoy la base la toco de una
manera y mañana cambia. La gente con la que estoy alrededor piensa más o menos
parecido en cuanto a interpretación.
-Sentís
que la música que tocás hoy es un lugar al que llegaste o seguís la búsqueda?
-Estoy
en una búsqueda. Sigo en la búsqueda. Practico mucho, estudio mucho, trato de
escuchar todas las cosas nuevas que están sonando para estar inspirado, tener
nuevas ideas. Esa es la gracia. La música es una carrera que es infinita, que
vos todos los días podés encontrar algo nuevo. A veces la verdad es que hay
gente que se queda con la misma fórmula desde que triunfo hace 20 años atrás
hasta el día de hoy y me parece raro, como medio frustrante. No tenés
motivación. Como si hubiese aparecido una luz de inspiración en un momento que
después se acabó o es la fórmula que funciona. Está bien, pero el que pinta
cuadros sigue pintando y hace todos los días cosas nuevas. Yo qué sé, por lo
menos mi búsqueda es así y la gente que yo admiro también es así.
-
Viajaste muchísimo, tocado con gente de distintos ámbitos, ¿qué experiencia de
otros lugares te gustaría trasladar a la música local?
-A
mí lo que me gusta mucho, por ejemplo de Brasil, es que hay música en vivo en
todos lados. Mucha valoración por la música. Además, si sos músico es como que
sos muy respetado. No te preguntan, cómo acá, si sos algo más. No se les ocurre
preguntarte nada, directamente es admiración. Creo que eso es lo más esencial,
mas allá de que tal vez en Brasil, muy exageradamente, respetan su música. Los
músicos de jazz, tocan un jazz que involucran los ritmos brasileros. Creo que acá hay una movida de música nueva y
contemporánea tal vez mayor. Pero obviamente ellos son muchísimos más y tienen
muchísimos más proyectos y más lugares. Pero la verdad, para los pocos
habitantes que somos acá, y ser la tercera o cuarta capital del mundo del jazz
y del teatro, es impresionante la fuerza de voluntad y la garra que tiene el
pueblo argentino para seguir manteniendo eso desde los años 60.
-¿Qué
otras fuentes de inspiración hay a la hora de tocar, componer, de pensar la música?
Hay alguna otra actividad que también te sirva a la hora de sentarte a la
batería?
- Básicamente escucho música, mucha música nueva. Ahora
estoy escuchando un pianista que se llama Vijay Iyer. Hace una música muy loca,
muy nueva. Hace 10 años que el tipo esta número uno en el top 10 del jazz. No
es el típico jazz, es una música que parece hindú. Es norteamericano pero de
familia hindú. Tocan unos músicos increíbles, toca la batería el nieto de Roy
Haynes que es uno de los mejores bateristas del momento. Bueno, escucho mucho
eso. También, otros discos. Estoy escuchando el último disco de Chris Potter
que salió por el sello de ECM. También,
el quinteto de Matt Davis, el segundo nunca puedo dejar de escucharlo. También
veo muchos videos en YouTube y ahora, salió para el teléfono, una aplicación que
podés poner el video en cámara lenta con el sonido afinado, entonces podés
transcribir y descubrir un montón de cosas que yo antes miraba 150 veces para
ver qué era lo que hacía el baterista en cierta situación. Ahora lo puedo poner
lento y saber lo que es. Estoy enloquecido con eso.
-A
veces siento que hemos perdido la cultura de aprender mirando y vos me estás
diciendo que un tipo que está haciendo una carrera, que le va muy bien, sigue
aprendiendo mirando a otros tipos. Eso no se pierde nunca.
-No,
por lo menos yo no lo pierdo. Puedo preguntarle a cien mil bateristas si
conocen quién es Marcus Gilmore y tal vez no saben quién es y es el número uno.
-Tenés
una especie de amorío con IntegrArte. La primera vez que viniste te gustó el
lugar, te gustó la onda, como suena todo y a partir de entonces cada vez que
podes te venís. Además el auditorio lleva el nombre de tu abuelo y estuviste el
día de la imposición del nombre. ¿Qué te pasa con el lugar y qué vas a tocar
ahora el 30?
-Con
el lugar, la mejor. La verdad que hay una energía increíble. Siempre las
escuelas de música tienen eso. Una energía muy linda. Lalo Abdala (baterista y
parte del staff de IntegrArte) me convoca, es un gran amigo, un tipo muy
querido que siempre nos trató muy bien, así que tengo muchas ganas de tocar.
Estamos preparando nuestro próximo disco, así que va a ser toda música nueva.
La verdad que en IntegrArte hemos tocado prácticamente toda la música de este
trío. Esta vez se van a sorprender porque hace casi un año y medio que no voy y
van a ser todos temas nuevos.
"En IntegrArte hemos tocado prácticamente toda la música de este trío. Esta vez se van a sorprender, hace un año y medio que no voy y van a ser todos temas nuevos”.
"Lo que me gusta mucho de Brasil es que hay música
en vivo en todos lados. Mucha valoración por la música. Si sos músico no te
preguntan, cómo acá, si sos algo más”.
"Hay gente que se queda con la misma fórmula desde
que triunfó hace 20 años atrás hasta el día de hoy y me parece raro, como medio
frustrante”.