Entrevista

“Sigo sin saber cuál es el rumbo del barco de Pilar”

Mimo Domenech pasó 45 años en las aulas del distrito. Tuvo una destacada participación social. Una charla sin cassette y una mirada drástica: ??oNo hay índice o política que me haga entusiasmar???.

Por Redacción Pilar a Diario 27 de marzo de 2017 - 10:35

Por Alejandro Lafourcade

Nada menos que 45 años en las aulas lo hicieron tener contacto con miles de jóvenes de Pilar y sus familias. Además, su apellido 100% NyC y su activa vida social han aportado para que José Bernardo Domenech (75), o simplemente Mimo, sea un vecino con palabra autorizada.

Como siempre, la charla será apasionada y sin cassette, el hombre levantará o bajará el tono de voz, mostrará algún recorte (incluso de hace décadas) que conserva de diarios nacionales y locales… Un Mimoauténtico.

-¿Qué es de tu vida, a cinco años de la jubilación?

-Extraño el aula… Fueron 45 años dando clases. Extraño más que nada por el contacto con los chicos jóvenes, me permitían ir observando cómo interpretaban la realidad en cada momento, y desde hace 5 años convivo con gente mayor. Me falta esa vivencia con chicos en el aula, que a uno lo enriquece enormemente. Lo que más me dejó la educación fue la riqueza de ir conociendo a la sociedad a través de los chicos.

-¿Uno aprende tanto de los chicos, como los chicos aprenden de uno?

-Sin dudas. La docencia es un ida y vuelta, el docente o familia que no entienda eso se va a equivocar siempre. Pero no quiere decir que sean iguales, tienen funciones distintas. En la sociedad argentina hay una palabra a la que casi no se la puede utilizar, que es autoridad, porque la confundimos con autoritarismo. Todas las vivencias de autoritarismo que hemos vivido se llevaron a la palabra autoridad. Autoridad es coordinar, conducir un grupo y resolver conflictos. En la docencia hubo una tendencia a que el docente sea un par del alumno, y llegó el amiguismo. Además se ha perdido la autoridad moral, que es la correspondencia entre lo que digo y lo que hago.

-El mundo en el que empezaste la docencia era muy distinto que el del momento del retiro…

-Es otro mundo, y algunos no tienen la percepción real, y hablo concretamente del gobierno comunal de Pilar: llega (Nicolás) Ducoté a intendente con un conjunto de funcionarios, casi todos desde la Ciudad de Buenos Aires, una ciudad con millones de personas que viven o arriban para trabajar o estudiar. Pilar, con sus 300 mil habitantes, es un mundo distinto. No estoy cuestionando que vengan de otro lado, pero veo que se crea una superestructura de secretarías y direcciones (Mimo lee el organigrama de Medio Ambiente). Están acostumbrados a CABA. Me parece que los sorprendió llegar a la intendencia.

-Cuando llegaron estos funcionarios, a ciertos pilarenses les generó un debate de identidad ¿Sos de los que creen en un gobierno de vecinos?

-Supongo que entre 300 mil habitantes debe haber gente capacitada para poder conducir su propia realidad. Pero no por ser nativo se es mejor. Primero está la idoneidad, y luego conocer el lugar, la historia de Pilar, los protagonistas de Pilar… Porque ojo, muchos pilarenses tienen varias máscaras, un día se levantan con una máscara pero llegan a su casa y se ponen otra. Los pilarenses sabemos que no es la cara, son máscaras. El que viene de afuera no conoce la historia de los protagonistas que se repiten en el tiempo.

-Supongo que este no es el país que soñabas cuando comenzaste a militar en política (Domenech es un histórico del MID local).

-A los 17 trabajaba con la Juventud Radical de Arturo Frondizi. Cuando en el ‘58 asume Frondizi, enarbola políticas concretas, algunas se cumplieron y otras no. Hoy sigo sin saber cuál es el rumbo del barco de la Argentina, sin saber cuál es el rumbo del barco de Pilar. No sé para dónde va, todos los días nos cambian de metas y proyectos. Zúccaro hablaba de Pilar 2020, ahora Ducoté de Pilar 2030…

-¿Cómo ves a la educación hoy en día?

-Está salpicada por el contexto. Cuando termine el conflicto de los salarios no se hablará más de educación. Ya en los ’90, Jaim Etcheverry lo avisó en "La tragedia educativa”. En estos 20 años aumentó la pobreza, los chicos del 2001 son los jóvenes de hoy, con la tragedia educativa y social. Hay millones de chicos que no han tenido la posibilidad de acceder a una capacitación mínima. No ha habido políticas, sí experimentos, hemos cambiado por Polimodal, ahora seis años, trimestrales… La educación es la piedra angular sobre la cual se pueden dar los otros cambios.

Intendentes

En 1999, Sergio Bivort, sobrino de Domenech, llegó a la intendencia con apenas 32 años. Su tío analizó su paso por el Municipio indicando que "ganó de la mano de Patti, con grupos peronistas que tenían como adversarios al PJ tradicional. Era una supuesta renovación. Fue una sorpresa el resultado, significaba una bisagra entre el peronismo que había gobernado desde el ’83 para empezar con un nuevo modelo”.

Sin embargo, "cuatro años después le tuvo que entregar el mando a Humberto Zúccaro. A Bivort le tocó vivir el 2001 y 2002, la devaluación, la pobreza, los clubes del trueque, el caos social más impresionante... No quiero justificar su gobierno, digo que estuvo condicionado por esos factores. Tener que entregarle el poder a Zúccaro quiere decir que también hubo errores propios”.

Con Humberto Zúccaro la relación también es muy cercana: fue su alumno en el Verbo Divino y lo conoce desde hace casi medio siglo. Durante la conversación, Mimo analizó su gestión, la más larga de la historia del distrito, sin ahorrar críticas (ver aparte).

-Luego de todos estos años, en 2015 los pilarenses terminan votando a alguien a quien no conocen…

-Ducoté simplemente había sido un concejal sin papel protagónico significativo. No era un mesías. Como pasó a nivel nacional y provincial, llegó porque lo otro era muy malo: problemas de salud pública, educación, infraestructura, agua corriente, no se resolvió nada. Y otro tema fundamental es la inseguridad.

-Ante este panorama, ¿qué expectativas guardás a futuro?

-Todo esto me hace poner en una situación pesimista. No hay índice o política que me haga entusiasmar. Será que estoy viejo, pero tampoco veo a los jóvenes muy entusiasmados… Seguimos jugando a votar al menos malo. El asunto es ser mejor, no el menos malo.


"ZÚCCARO SE IMAGINÓ QUE ERA LUISO"

-¿Qué balance realizás del gobierno de Zúccaro?

-Humberto llegó como un médico querido, con idiosincrasia pilarense, y con larga experiencia política, conociendo lo bueno y lo malo. LuisoLagomarsino fue un caudillo, los historiadores tendrán que explicar por qué, pero lo fue. Es un personaje muy interesante para analizarlo. Creo que Humberto llegó y se imaginó que era Luiso, es decir, un caudillo peronista para muchos años. Lo acompañó la llegada de los Kirchner, en un país que ya venía en recuperación, con un Estado ya normalizado. Creo que en los primeros 4 años de Humberto hubo un Municipio que hizo cosas, con mucho énfasis en los barrios y la acción social, logrando una gran adhesión y creando una infraestructura política fuerte.

-¿Y en sus restantes mandatos?

-En los últimos 8 años la gestión fue otra. Creo que entró en un desorden, mínimamente, por muchos factores: un grupo político en el que Humberto estaba bastante condicionado, empiezan las rencillas con otros peronistas… Se va al massismo, de repente vuelve... Creo que termina de la peor manera, con una interna que ningún pilarense sabe cómo terminó, con una Justicia y dos contendientes que no eran muy creíbles.

Mimoañade: "Esos últimos años de Humberto fueron totalmente distintos. Quiero ser prudente en las palabras… Ya no tuvo esa vocación de gobernar, de estar al frente del movimiento. Creo que se creyó lo de ‘Humberto eterno’. Pero también empezaron a aflorar situaciones de dudosa honestidad. La sociedad acepta como normales a cosas que no lo son. Los de Humberto fueron 12 años en los que se desperdició una gran oportunidad de crecimiento. El crecimiento externo al gobierno municipal no tuvo un acompañamiento desde el Estado. Ese crecimiento es mucho dulce de leche para las moscas, creo que muchas moscas se engolosinaron con tanto dulce…”.

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