Una vez al mes, Mauro Peverelli publica un cuento en El Diario Regional, textos que suelen
ser muy elogiados, con el acompañamiento de una ilustración de Kripto. El
escritor habló con Materia Prima (FM Plaza 92.1) y anticipó lo que se vendrá
este fin de semana, al tiempo que dejó sus impresiones sobre al arte de elegir
un buen libro.
-Este domingo vas a
publicar una nueva entrega para el diario de Pilar.
-Y… este domingo estaré ensayando dar vueltas un par de
cuentos clásicos argentinos ¿Te acordás de o escuchaste hablar de "Casa
tomada”, de Cortázar? Bueno, este se llama "Barrio tomado” que igualmente lleva
un epígrafe de Cortázar.
-¿Cómo que lo das
vuelta? ¿Lo adaptás?
-El análisis que yo hago desde hace tiempo es que en la
literatura argentina muchas cuestiones y problemáticas están miradas siempre
desde las clases más altas… Se mira y siempre se escribe desde las clases
altas. Este cuento fue vinculado a cuestiones que tenían que ver con el
peronismo.
-O el anti peronismo…
-Exactamente, igual Cortázar lo desmiente y dice: "No lo
pensé así, pero por ahí mi subconsciente lo haya conformado de esa manera”. Lo
que hice yo o estoy tratando de hacer es dar vuelta esa lógica y tratar que
ósea cuando los más vulnerables están siendo avasallados. Esa es un poco la
mirada. El cuento que viene va un poco de eso.
-¿Qué te ha pasado
con tu último libro, "El horno”?
-Bueno, muchos locutores de radio me han felicitado (risas)
Muy bien. Digamos, dada la llegada que tuvo, bastante bien. Los comentarios son
buenos… Es muy difícil lograr uno la propia obra, porque uno tiene una mirada
sobre lo que escribe, pero cuando sale a la calle la mirada de los otros es la
que cuenta. Pero los comentarios han sido muy buenos, yo estoy muy conforme. Y
siempre pienso que los textos deben defenderse solos. Por eso yo medio que
reniego de la exposición y todo eso porque no sé qué tipo de utilidad tiene que
el autor ande gritando a los cuatro vientos: "este libro es bueno, cómprenlo”.
Por ahí lo compran, pero después el libro debe defenderse solo, como cualquier
obra de arte.
-Vos creés que este
es el camino…
-No sé si el camino, pero es mi forma de ser. No soy una
persona muy de intentar llevar al lector de la oreja a mis escritos. Los
lectores están y si uno ofrece un material honesto y digno yo creo que nunca le
va faltar un lector a lo que uno hace. El asunto está en uno, ¿no? También sé
que hay muchos lectores que llegan a textos que no valen la pena y se pierde
tiempo con eso. Yo como lector lo digo. Siempre digo esta frase: lo más difícil
en la cuestión de las lecturas es aprender qué es lo que no hay que leer. Lleva
toda una vida, casi. Un mal libro te está quitando el espacio de tiempo para un
buen libro.
-Si algún vecino anda
por Pilar, ¿te puede encontrar en algún bar a la mañana?
-Sí, yo escribo a la mañana por lo general. En casa o en
algún bar. Sí, me gusta esa especie de intimidad pública que hay. No estás en
un lugar tranquilo y estás un poco ahí viendo que pasa.
-Si tuvieras que
recomendar un libro, ¿qué dirías?
- "Sumisión” es muy bueno. Lo publica Anagrama. Pero también
recomiendo uno de literatura argentina. Uno puede ser "Polígono Buenos Aires”,
de Marcos Herrera.