Kilómetro 50: El futuro centro de Pilar

por Arnaldo Diale*

1 de junio de 2012 - 00:00

Mentiría si dijera que fui un visionario. No me imaginaba lo que iba a pasar. Fue hace 20 años, quería irme de Escobar donde tenía panadería y esto era hacer otra cosa, por eso cuando vi que en el diario decía “vendo parada de diarios”, la compré.

Era de un señor que la había abierto un año antes y no iba ni para atrás ni para adelante, el escaparate estaba sostenido desde atrás por un palo de luz, tenía agujeros por todos lados, estaba todo podrido.

Por día, si vendía siete u ocho diarios era mucho. Me había hecho amigo de los chicos de un bar del shopping (que se llamaba Abracadabra) y me iba a tomar café ahí y cuando paraba un auto me cruzaba corriendo.

Para dar una idea, donde están hoy los cines cazábamos liebres, y donde está Burger King había una laguna que se llenaba de patos salvajes.

El shopping (Torres del Sol) ya existía, pero era una época oscura, de 50 locales había 10 habilitados y el resto estaba todo vacío. La calle Chubut era un callejón y cuando llovía era imposible pasar.

Como anécdota, suelo contar que la primera luz la puse yo, porque había un colectivo que pasaba cada tres horas, agarraba el callejón y se iba para Villa Rosa, y la gente lo esperaba en la esquina en una oscuridad total. Compré un palo de luz, la lámpara, llamé a un electricista y lo hice poner donde están las dos plazoletitas frente al cine y el shopping.

Con respecto a El Diario Regional de Pilar, me acuerdo cuando nos juntamos antes de que abriera en una parrilla del kilómetro 51 con César Mansilla y otros 15 o 30 diarieros. Nos contaron que iba a nacer un diario que refleje las realidades de Pilar y nosotros estábamos un poco escépticos. No creíamos que fuera a funcionar, todavía era un pueblo.

La explosión llegó entre 1998 y 1999. No lo podíamos creer, en un mes hicimos 70 clientes. Hasta entonces yo hacía las boletas a mano y de repente tuve que comprar una computadora porque nos superaba el trabajo. Estaban, como ahora, mis hijos Ezequiel y Aaron, mi ahijada Mariana, mi señora Carmen, pero no podíamos y tuvimos que tomar gente.

Fue muy lindo, y aunque a veces añoro el Pilar de 15 o 20 años atrás por la tranquilidad, no se puede estar en contra de una ola que se te viene encima. Este es el progreso, el crecimiento, para bien o para mal.

Mirando hacia el futuro, creo que el crecimiento en el kilómetro 50 no alcanzó su techo. En 15 años me lo imagino superando a Avenida Márquez y Panamericana. Para eso, habría que solucionar el tema del tráfico y creo que una buena salida sería cambiar el sentido de los puentes: mano a ruta 8 el puente del kilómetro 50 y mano a la ruta 25 la bajada siguiente (la del Hotel Sheraton).

El kilómetro 50 es el Pilar nuevo. Ahora le falta sumar más servicios. Hay comercios, hoteles, cines, pero faltan servicios, es decir que ciertos trámites se puedan concretar allí sin necesidad de que la gente vaya al “Pilar viejo”. Una oficina de correo, más bancos, por ejemplo. Cosas que van a ir llegando porque la gente lo va a exigir. El kilómetro 50 es el futuro centro de Pilar.

 

*Propietario de la parada  de diarios “Arnaldo”, en el Kilómetro 50.

 

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