Millones de dólares, lingotes de oro, contactos con el poder y una agenda cargada de vínculos con narcos colombianos. Incluso, una cercana relación con la viuda y el hijo del mismísimo Pablo Escobar. La detención del empresario Mateo Corvo Dolcet develó una trama con destino de serie. Sacudió, además, los despachos de la política pilarense, atravesada por los permisos para los faraónicos desarrollos inmobiliarios que, según investiga ahora la Justicia, pensaba financiar con dinero proveniente del narcotráfico. El esqueleto de lo que iba a ser una torre de estacionamientos y una estación del Belgrano Norte, en Del Viso, quedaron como huellas de sus negocios.