Una campaña difamatoria contra periodistas y medios de Pilar fue instrumentada en las últimas horas. Primero, a través de mails injuriantes distribuidos entre funcionarios y empleados del Municipio; luego, a través de una cadena masiva de WhatsApp.
Aunque la campaña no fue firmada por sus autores, los indicios ubican su origen en una secretaría del gabinete municipal. Incluso, no se descarta la utilización de fondos públicos para financiar la maniobra sucia.
Primero fueron los mails. Se lanzaron desde una cuenta falsa de correo masivo y llegaron a empleados y funcionarios del Municipio.
En el correo, se apunta a propietarios, responsables editoriales y periodistas de distintos medios, a los que busca vincular con el opositor Federico Achával.
También él y a otros dirigentes de su espacio fueron objetos de difamaciones en el texto distribuido. Incluso, con supuestos audios en los que se autoincriminan en delitos. Aunque las voces están distorsionadas, claramente se trata de un audio fraguado, con un texto burdamente leído. Incluso, una reconstrucción permite notar que uno de los “imitadores” tiene acento cordobés.
Ayer por la mañana, en el programa Materia Prima, de FM Plaza, el propietario de El Diario Regional, César Mansilla, se refirió al tema. “En el diario siempre damos la cara, no nos ocultamos ni mandamos a terceros”, dijo. Y lamentó: “Esto antes no pasaba así, podías discutir y tener posiciones distintas, pero siempre de frente”.
“Muy grave sería que se usen recursos del Estado para hacer este tipo de cosas”, apuntó Mansilla.
El director de El Diario, conductor del programa, Sergio Abrate, dirigió un comentario editorial en el que habla de las “tensiones entre el periodismo y la clase política, sobre todo la que ejerce el poder” como algo “inherente a nuestra actividad”.
Allí, refiere a situaciones de tensión vividas con anteriores gobernantes, para concluir que “algo cambió con Cambiemos”.
“Asistimos al triste espectáculo de ver cómo funcionarios de los que poco sabemos y lo que sabemos no es nada que alguien incluiría en su currículum, utilizan estas prácticas intimidatorias, difamatorias y atraviesan todo límite que como ciudadanos de Pilar hasta entonces desconocíamos”, afirma. Y se pregunta: “¿En qué te has convertido Pilar, en qué te han convertido?”.
El periodista Diego Schejtman, de El Diario, reflexionó que hay “actitudes y personas que son todo pérdida para el gobierno. Tener gente que se maneja en la política sucia o en el barro puede parecer útil en algún momento, pero a la larga traen más pérdida que beneficio”.
El director del portal Pilar de todos, Sebastián Seco, señaló que nunca vio “este nivel de agresión en los 15 años de periodista en Pilar”. Y calificó lo sucedido como “un claro mensaje mafioso para los mencionados, pero también para el resto. Lo que buscan es la autocensura, que es lo peor que puede pasar porque se te mete por dentro”, analizó.
Oscar Cervera, de Pilar Político, opinó que “es triste y peligroso que el estado tome este rol, de confundir a la ciudadanía con noticias falsas que desprestigian al periodismo local y a dirigentes de la oposición”.
“Más allá de quien haya dado la orden, como en todo orden de la comuna, el responsable es el intendente Nicolás Ducoté. Él debe salir a dar las explicaciones correspondientes porque integrantes de su gabinete hacen mal uso de los recursos públicos”, lanzó.
Ducoté se comunicó telefónicamente con algunos de los injuriados el mismo lunes. Ayer, 36 horas después de lanzada la campaña, a través de Twitter, el jefe comunal publicó: “Mi solidaridad total con los periodistas de Pilar que fueron difamados en estas últimas horas. Repudio este tipo de prácticas que no hacen bien a la democracia y a la libertad de expresión”.
Institucionalmente, también el Concejo Deliberante repudió “enérgicamente las difamaciones que sufrieron periodistas de Pilar desde una fuente anónima en las últimas horas. Es un acto cobarde de inadaptados sin escrúpulos que no debemos permitir en democracia”.
Desde el Frente Pilarense, se publicó una solicitada en la que repudian “la burda operación que Nicolás Ducoté y su gente intentan instalar por estos días en Pilar” y “los agravios que pretenden ensuciar a personas cuya tarea es el periodismo y los medios de comunicación”.
Hasta ayer, el gobierno no había anunciado medidas concretas para dar con los responsables de la maniobra.