El desarrollador Fredi Llosa fue, sin dudas, uno de los pilarenses que más se involucró con el debate del nuevo Código de Ordenamiento Territorial. Incluso, coordinó algunas de las mesas de participación ciudadana que le dieron andamiaje a la elaboración técnica de la UBA y el gobierno. Ayer, Llosa se sumó a las voces críticas sobre el resultado final de ese trabajo, y pidió postergar el tratamiento, que el Ejecutivo apura para hoy.
De a acuerdo a su evaluación, el proyecto es “por lo menos incompleto, cuestionable y hasta divergente” con las propuestas surgidas de las mesas de participación.
El argumento, que se publica completo en el sitio web pilaradiario.com, pondera la “las herramientas necesarias para diseñar un master plan”, pero cuestiona que no se siguió el eje consensuado de hacer foco “en las condiciones de interacción de los distintos usos: vivienda, industria, comercio, actividad institucional, cultural, deportiva, etc. de manera de prever las normas que resuelvan incompatibilidades entre las mismas”. Propone que recién después de establecidas las normas de esa convivencia, “con derechos prioritarios de las residenciales sobre las demás, se esbocen los vectores de crecimiento y/o desarrollo interno de cada zona y cada actividad”.
Sin embargo, señala que el proyecto incluye “definiciones aparentemente no fundamentadas, a todas luces inconexas y puntuales, mientras que otras fundamentales solo se tratan superficialmente o no se tratan”.
Así, señala que “no se ha trabajado prioritariamente a partir de la protección del vecino” sino de un “plan de plusvalías que aporte fondos al erario público” que, aunque elogia en su transparencia, advierte que “puede influir negativamente desesperanzando a grandes sectores de la población”.
“A la vez se atienden propuestas urbanísticas e inmobiliarias mediante zonificaciones especiales, acompañadas de profusa reglamentación sin considerar su impacto ambiental y social”, apunta. “Esto no significa que sean negativas, por el contrario, pero deben responder a un Plan Estratégico que no se vislumbra”, aclara Llosa.
Señala, asimismo, puntos que considera centrales y no están incluidos: “modernización de los centros de localidades, diseño de la red de localidades, prioridades en un plan de obras de infraestructura, la resolución del caótico mix de la 25 de Villa Rosa a Matheu, la relación de las zonas industriales con las residenciales, las zonas de transición y amortiguación entre zonas con conflictos ambientales, el caos de estacionamiento público, la creación de espacio público de cercanía”, entre otros
En ese marco, plantea “que vuelva a comisión el tratamiento del proyecto” y “convocar a un amplio consenso, con un debate de propuestas técnicamente fundamentadas, realizado por idóneos en cada tema, en formato de seminario”.
Con las horas contadas, anoche Llosa intentaba hacer llegar sus argumentos a los ediles, con la esperanza de ser escuchado.