Pilar Joven

"La gente necesita motivos que trasciendan su existencia"

Jerónimo Martínez tiene 26 años y es oriundo de Pilar. Jugó al vóley y al fútbol y en su adolescencia estuvo de novio. En el último año de colegio recibió el llamado de Dios. Hoy es sacerdote y se desempeña como vicario en la Parroquia Nuestra Señora del Pilar.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de abril de 2017 - 10:30

Es posible que la historia de Jerónimo sea muy similar a la de muchos otros que decidieron encomendar su vida a Cristo. Una vida normal, en muchos casos alejada de la religión, con los vaivenes típicos que suelen sacudir al común de los mortales a medida que crecen.

 

En una sociedad que se aleja cada vez más de la espiritualidad y la vida religiosa, están los que todavía eligen seguir el camino del Señor. Este es el caso de Jerónimo (26) quien, a pesar de haber ido a un colegio católico (fue al Instituto Madre del Divino Pastor), y de haberse criado en una familia y en un contexto católico, hasta sus 15 años se consideraba ateo y elegía mantenerse indiferente a todo lo concerniente con el mundo divino.

 

Hasta que un día lo invitaron a misionar y ahí todo cambió…

 

¿Cómo fue el camino para llegar a ser en la actualidad sacerdote?

 

Mi vida fue muy tranquila, de adolescente me gustaba jugar al fútbol, de hecho jugué dos años en Fénix, después participé en la Liga Intercolegial de Vóley y puedo asegurar que hasta mis 15 años me consideré ateo, la religión era algo irrelevante para mí. Hasta que un día un grupo de una parroquia de acá de Pilar me invitó a misionar. Después de esto hice Partida, que es un retiro espiritual de impacto y allí comencé un camino de fe cada vez más profundo y consciente: empecé a ir los veranos a misionar a Entre Ríos con el colegio, a hacer voluntariado en Agustino y apoyo escolar en la biblioteca Palabras del Alma.

Creo que el encuentro con Jesús me llenó de sentido y de una alegría indescriptible. Y mis tareas comunitarias y mi relación con Él, fueron haciendo crecer en mí el deseo de hacer el bien al prójimo.

Pasaba el tiempo y mi deseo por ser Sacerdote se hacía cada vez más visible y sentido pero, a la vez, estaba de novio.

El último año de colegio fue clave para decidirme a seguir este llamado.

 

¿Y qué fue lo que te llevó a tomar esta decisión?

 

Lo que me llevó a elegir a Jesús fue ese amor por su pueblo, sobre todo en la misión, en el contacto con la gente y el ser canal de ese amor y esa gracia.

 

¿Cómo tomaron tus más cercanos esta elección? Particularmente tu familia

 

Mi familia se tomó muy bien mi elección de ser cura. Supongo que siempre cuesta que un hijo se vaya de la casa y más cuando a los 18 años se va al Seminario. En el caso de mis amigos, muchos de ellos que me conocían bien me apoyaron. Hubo otros que no entendieron pero me respetaron y a otros directamente les pareció una locura.

 

Yendo a la actualidad y teniendo en cuenta que, no solo sos joven sino que trabajas con adolescentes, ¿cómo ves la relación de los jóvenes con la Iglesia?

 

Hoy en día veo que los jóvenes tienen gran necesidad de encontrar su identidad. Y por ahí en esta búsqueda, llenan el vacío que sienten en su interior con otras cosas vanas o superfluas. Me parece que el joven en general ve a la religión como algo más, no logra profundizar en ella porque vive, y vivimos, en una cultura que desfavorece esa profundización. Una cultura quizás relativista, sin un sentido verdadero, sin sentido de moralidad. Por otra parte creo que el Catolicismo en particular no se supo adecuar a los jóvenes, es decir, no se presentó gustoso ni buscó adaptarse para llamar la atención de los más chicos, lo que hace que muchos se pierdan de esto.

Los jóvenes necesitan ideales no utópicos, y sobre todo evitar a los "vende humo”, es decir, el joven necesita testimonio de vida y líderes que vivan lo que dicen, que sean ejemplo. Necesitan ser introducidos en el camino de fe de un modo gradual y entiendo que muchas veces la Iglesia falla en esto y espera de ellos un compromiso quizás alienante, lo cual es un gran error porque en la religión no se trata de hacer proselitismo.

Por eso es clave acompañar, estar, y sobre todo escuchar.

Hace unos 10 años cuando era adolescente, no había tanta actividad como la hay hoy, lo cual me parece genial, pero aún falta llegar a lugares marginados, a lugares donde hay jóvenes con adicciones, y otros problemas existenciales profundos.

 

¿Qué valores que pregona la Iglesia creés que se perdieron y cuáles considerás que siguen vigentes?

 

La fe aporta al hombre sentido, no solamente valores o ideales. La gente necesita motivos, y motivos que vayan más allá de su existencia, que trasciendan. Creo que hoy hay muchos valores que se han perdido no por los valores mismos sino porque no hay quienes los personifiquen; si hubiera personas que vivan los valores ¿no serían estos deseables por el bien que producen? Los valores no pasan de moda, lo que faltan son personas que los representen.

Además, hoy por hoy los ideales o valores que intentamos transmitir desde la Iglesia van contra la corriente, es decir, son contrarios a lo que la gente vive en su día a día. Un ejemplo muy concreto, que es algo que me pasa en el colegio; les hablamos a los chicos de ser moderados, puros, morales y a la salida están los pibes de las empresas de viajes de egresados esperándolos para venderles un viaje lleno de excesos.

La sociedad desde la publicidad, la televisión y demás genera contra-valores, vivimos en una paradoja constante.

Pero a lo que quiero ir es a lo siguiente: hace falta encarnar pibes y pibas que vivan el Evangelio de Jesús y eso es re posible y es algo tremendo y hermoso que veo y comparto. Puedo dar testimonio de muchos chicos que viven estos valores, los simbolizan, los motivan y contagian. Esto para no decir como plantean algunos que "la juventud está perdida”, la verdad que no es así.

 

¿Cuál es la tarea que cumplís en el colegio?

 

En el "Parro” soy Capellán, asesor espiritual, acompaño a los chicos, confieso, doy misa, charlo, hacemos recreos santos en la Capilla y misiones. Básicamente los guío en procesos de fe.

 

Más allá de que ya pasaron cuatro años desde que Bergoglio fuera elegido Papa, ¿creés que esto tuvo repercusión directa en la relación que la sociedad retomó con la Iglesia?

 

Creo que significó un giro muy grande en la relación de la Iglesia con la sociedad. Francisco nos enseña a no confrontar y a poner en segundo plano la lucha racional, es decir, el querer tener siempre la razón. Nos invita a una lucha por ganar el corazón del otro, nos exige misericordia, amor y humildad.

La sociedad se encuentra ahora con una Iglesia que se está renovando, una comunidad de gente que no es perfecta pero que anuncia la misericordia porque recibe misericordia. El Papa habla mucho de este tema y, sobre todo, del anuncio testimonial, vívido, dejando de lado lo abstracto.

Creo que como Iglesia estamos ante un gran desafío de mirar a Jesús en los pobres, en los "descartados” y me parece que esta es la línea que viene desde el Vaticano con Francisco al frente. Como él supo decir alguna vez: "si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para nadie”

 

Jerónimo lleva un año como cura y, tal como sostiene, el llamado de Jesús, lo hizo y lo hace feliz en lo humano y, fundamentalmente, en lo espiritual.

Así concluye esta entrevista: "aunque muchas veces uno tenga que sembrar entre lágrimas, la cosecha siempre se hace con alegría”.

 

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