Las “tortuguitas” no se irán: el Municipio rechazó en los últimos días un pedido vecinal para remover a los nuevos reductores de velocidad, que han proliferado en todo el distrito sumándose a los tradicionales “lomos de burro”.
Las “tortuguitas” no se irán: el Municipio rechazó en los últimos días un pedido vecinal para remover a los nuevos reductores de velocidad, que han proliferado en todo el distrito sumándose a los tradicionales “lomos de burro”.
En septiembre, vecinos de Presidente Derqui habían presentado un petitorio ante la Comuna para que las estructuras fueran quitadas de las calles, marcando que su presencia puede dañar los vehículos e incluso ser causantes de posibles accidentes.
Además, reclamaron que la medida sea extensiva a todos los barrios de Pilar, reemplazando dichos reductores por otros, menos nocivos para los vehículos.
Respuesta
Sin embargo, la respuesta –negativa- fue recibida por Stella Maris Tomizzi, una de las vecinas que había encabezado el reclamo: con la firma de Gonzalo Georgiadis, director de Licencias de Conducir, el texto afirma que la colocación de estos reductores se decidió luego “del requerimiento de muchos vecinos de la localidad de Derqui, preocupados por las altas velocidades que diariamente veían en las calles de su barrio”.
A su vez, indica que “no hemos tenido ninguna tacha rota ni que haya dejado algún elemento peligroso para los vehículos ni los contribuyentes”, agregando que desde el Observatorio Vial “no se han registrado siniestros producto de la colocación de los reductores, sino que se ha logrado bajar la cantidad de siniestros en general”.
Por otra parte, Georgiadis aseguró que “no existe legislación que prohíba la utilización de este tipo de reductores y es nuestra intención utilizarlos en zonas que únicamente lo requieran y consideremos un riesgo por la alta densidad de tránsito vehicular y peatonal”.
Sin embargo, en las últimas horas Tomizzi volvió a la carga, mostrando imágenes de las “tortuguitas” recientemente colocadas en la calle Venezuela, del barrio Monterrey Sur: “¿Qué sentido tiene poner esto en una calle accesoria? El único que le encuentro yo es seguir llenando los bolsillos de las empresas amigas que proveen estas porquerías (sic). No hay nada cerca, ni colegio, ni hospital, ni nada”.