El fenómeno se replicó en varios puntos de la provincia de
Buenos Aires y Pilar no fue la excepción. Desde hace varios días, pasar un
tiempo al aire libre supone una lucha constante contra los mosquitos que han
invadido varias ciudades bonaerenses. Llegaron en masa como producto de las
abundantes lluvias e inundaciones que se produjeron en otras zonas y, si el
clima se mantiene estable, se quedarían por otras tres semanas. Así lo confirmó
Nicolás Schweigmann, doctor en Ciencias Biológicas, investigador del Conicet y
director del grupo de estudio de mosquitos de la Facultad de Ciencias Naturales
de la UBA, quien precisó que estamos ante una invasión de los denominados mosquitos
"charqueros”.
"La continuidad de la invasión dependerá del clima: si el
tiempo se mantiene como hasta ahora pueden vivir tres o cuatro semanas”,
aseveró Schweigmann. Aunque se trata de una especie agresiva, resistente al
frío y que resulta molesta para la población, el especialista aclaró que este
mosquito no transmite dengue, zika, fiebre chikungunya ni fiebre amarilla.
También precisó que están en el lugar equivocado, condenados
a morir" y pueden quedarse hasta dentro de un mes si se mantiene el clima,
advirtió hoy el especialista del Conicet Nicolás, quien precisó que se trata de
una especie de insecto que "no puede reproducirse en ámbitos
peridomiciliarios".
Extranjeros
Desde el Conicet también precisaron que este mosquito no
tiene posibilidades de reproducirse en zonas urbanas. "No hay posibilidad para
este mosquito de reproducirse en las casas, están en el lugar equivocado. Están
condenados a morir. Lo importante es que las autoridades fumiguen los parques y
que los charcos no duren más de una semana, porque son el lugar donde ponen los
huevos”, explicó el doctor en Ciencias Biológicas. Y resaltó la importancia de "que
se mantenga el pasto corto en los parques y plazas, ya que se esconden en la
vegetación y eso aumenta su nivel de supervivencia”. "En un departamento, el
insecto puede vivir hasta una semana, mientras que tanto en los jardines como
en los patios su duración es de dos semanas y en lugares del conurbano o del
interior de la provincia de Buenos Aires -donde predominan los campos- pueden
vivir hasta un mes”, afirmó.