SE PAVIMENTÓ EN 2014

Conductores en alerta por estado de la ruta 34

El camino que une Pilar con Luján está en condiciones deplorables y los accidentes son cada vez más frecuentes.

Por Redacción Pilar a Diario 14 de octubre de 2017 - 00:00
La ruta provincial 34 se ha convertido en una trampa para automovilistas. A poco más de tres años de su pavimentación, el camino que une Pilar con Luján sorprende por su estado deplorable.
A lo largo de sus 22 kilómetros, varios sectores de la traza están seriamente deteriorados y otros se han vuelto intransitables, lo que suponen un riesgo para los conductores. 
La ruta se reinauguró en 2014 como una alternativa a la 28 y, por entonces, suponía un atajo, una conexión casi directa y sin peajes entre Pilar y Luján. No obstante, el mal estado de la cinta asfáltica, la gran cantidad de baches y la ausencia de banquinas y luminarias han hecho de la 34 uno de los caminos más peligrosos de la región.
La ruta se ya ha cobrado varias vidas desde su pavimentación. Vecinos de la zona aseguran que la cantidad de accidentes y despiste ha aumentado considerablemente en los últimos meses. En ese sentido, quienes utilizan la ruta a diario apuntan al tránsito pesado como una de las principales causas del deterioro.
El peso de los camiones deformó la calzada generando lomadas en las márgenes y grandes baches en el centro. Cuando los camiones comenzaron a esquivar estas deformaciones, los pozos ganaron en profundidad y tamaño. "Son tres capas de asfalto, no tiene base de hormigón y se deformó todo. Ahora los camiones agarran por la mitad para esquivar los pozos y alguno cráteres ya ocupan todo el ancho de la ruta”, señala Rodrigo Ortiz, lector del Diario que transita por la 34 a diario. Reconoce la ubicación de cada pozo, aunque advierte que aparece uno nuevo cada semana. "Se ven muchos despistes porque hay gente no conoce cómo está la ruta. Quizás intentan una maniobra de sobrepaso y resulta muy peligroso. Además creció mucho el tráfico, tanto de autos como de camiones”, describe. 
En varios sectores los pozos obstruyen más de un carril, lo que obliga a los conductores a detenerse sobre la calzada a la espera de que se libere la mano contraria y así superar el obstáculo. 
De noche el peligro es aún mayor. "De noche y con lluvia es una lotería. Los camiones se tiran de contramano para esquivar los pozos y no se ve nada”, comenta Rodrigo y recuerda que antes, cuando la ruta estaba bien, podía recorrerse en 10 minutos yendo a una velocidad moderada. "Ahora no se puede ir a más de 40 kilómetros por hora y se tarda 40 minutos”, asegura. 
Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar