“Michi” Ciaburri

El hombre que a los 62 años hace bailar a todo Pilar

Coordinador de “Pilar se Mueve”, es considerado uno de los padres del fitness en el país. Su historia de vida y su estrecha relación con nuestro distrito: “estoy fascinado con Pilar”.

Por Redacción Pilar a Diario 24 de julio de 2017 - 11:33

A fuerza de trabajo y carisma, Miguel Ciaburri no solo se hizo conocer en Pilar sino que se hizo querer y respetar. Aquel muchacho que a los 28 años dejó la carrera de Abogacía para dedicarse al incipiente mundo del fitness, hoy es uno de los personajes más reconocidos de ese ambiente a nivel nacional y en nuestro distrito está al frente de "Pilar se Mueve”, uno de los programas centrales del trabajo de la subsecretaría de Deportes comunal.

Su DNI lo presenta como Miguel Ángel pero todos lo conocen por "Michi”, apodo que "me acompaña desde que tengo memoria”. Tiene 62 años pero a fuerza de pasión sigue vigente en un mundo en el que los jóvenes suelen copar la parada y atraer todas las miradas.

Es considerado uno de los "padres” del fitness en el país pero también es dueño de una historia muy particular ya que se acercó a la disciplina que "me atrapó para toda la vida” para conocer mujeres y tras unos meses no dudó en canjear Tribunales por las calzas.

"Estudié Derecho hasta 4° año y trabajaba en el Poder Judicial de la Nación, pero en 1983 descubrí el fitness, empecé a tomar clases y me gustó tanto que decidí dejar el derecho para comenzar a entrenar alumnos. El fitness recién empezaba en el país, durante unos meses compartí el tiempo entre la Justicia y la gimnasia hasta que me decidí y opté por mi pasión”, le contó a El Diario.

El fitnes recién llegaba al país y eran tiempos en los que María Amuchástegui hizo explotar la disciplina a través de su recordado programa de televisión. "En aquel tiempo solo había clases de gimnasia aeróbica, de alto impacto, pero no había pauta metodológica y el fitness, a diferencia de otras especialidades, tiene técnicas como aeróbica, step o localizada”, enumera con pasión.

"¿Si fue un cambio fuerte dejar los libros por la gimnasia? Por supuesto y me marcó pero nunca me arrepentí”, aseguró "Michi”, porteño, casado en segundas nupcias y con dos hijos. "Tenía 28 años, estaba soltero y se me armó un quilombo bárbaro en mi casa. Yo soy hijo único y mis viejos tenían la fantasía de ´mi hizo el doctor´. ¿Te imaginas a mi viejo? Le dije que no estudiaba más y me puse las calzas”, relató.

"Fue liberador, tras tomar la decisión bajé las escaleras de la facultad y no volví más y eso que me faltaban ocho materias nada más. Mis viejos no se murieron porque eran dos adelantados, a otro lo hubiera matado. Mi papá era técnico químico, súper ordenado, muy inteligente y le caigo con el 8-8, 4-4, imagínate”, recuerda y sonríe.

A primera vista

Su flechazo con el fitness arrancó gracias a la invitación de un amigo que lo conminó a acompañarlo a "una clase repleta de mujeres "Yo jugaba al fútbol en GEBA y un amigo me dice que en el club, a las 14, hay clase de aeróbica y hay 300 mujeres y solo dos tipos. Lo acompañé y vos no sabés lo que era: mujeres por todos lados”, evocó.

Aguantando las gastadas constantes de sus compañeros de fútbol, "Michi” le empezó a tomar el gustito y no pasó mucho tiempo hasta que los profesores lo convocaran para ayudarlos en sus clases. "Me formé con nombres grosos como Silvia Chediek y Javier Gómez Morte, que fueron mis maestros. Me vieron pasta de educador y me tomaron como asistente y fui de la mano de ellos. A los 30 estaba dando clases”, apuntó el también fanático hincha de Boca y admirador a ultranza de César Menotti.

Ciaburri fue de la primera camada de profesores. Algunos siguen vigentes, otros tomaron nuevos rumbos y muchos quedaron en la formación. "Hubo gente que hizo plata pero yo comercialmente sigo siendo un desastre y trabajo en el día a día. Hubo gente que fue más inteligente o que se supo valorar”, comentó sin remordimientos.

De todos modos y más allá de lo meramente económico, Ciaburri subraya como vital la relación que entabla con cada uno de sus alumnos o asistentes a sus capacitaciones. "Es mi naturaleza. Yo esto lo elegí desde el corazón y la pasión y hay un vínculo con la gente que supera la parte técnica y hasta lo económico. En mis clases hay otro clima, ellos vienen a vivir a otras sensaciones”, valorizó.

Bajar y subir

La segunda juventud profesional que Ciaburri disfruta en, entre otros lugares en Pilar, suena casi como una dulce revancha luego de unos años "durísimos” en los que estuvo casi afuera del circuito por problemas de salud.

"Estoy operado de las dos caderas por artrosis bilateral y durante ocho años estuve casi lisiado”, remarcó. Y enseguida sumó: "seguí haciendo docencia, las clases de los gimnasios ya casi no los podía dar porque no podía subir escalones de 10 centímetros pero los organizadores de convenciones me siguieron llamando. En lo teórico estaba bárbaro pero había que mover las piernas y no podía y me permitían ir con asistentes que me hacían la segunda”.

-¿Te trajo problemas trabajar en un ambiente rodeado por mujeres?

- Y, quilombos hay. Con mi primera mujer, gran parte de mi separación fue porque ella no toleraba esto y discutíamos. Ella me conoció en el ruedo, siendo alumna mía pero no lo pudo superar y hubo un desgaste muy grande. Laura, mi actual mujer es todo lo contrario. Será otra cabeza, otra época, otra madurez, me apoya y hoy es mi todo en la comunicación de las actividades.

Su trabajo en "Pilar se Mueve” que lo lleva por todos los barrios y localidades del distrito es su primer trabajo en la esfera oficial luego de aquella ya lejana experiencia en tribunales "es una experiencia dura pero extremadamente gratificante”, calificó) y aún lejos de ser un pibe confía que tiene sueño por cumplir. "No viaje mucho por la profesión aunque estuve en Venezuela, Perú y Uruguay pero ahora tengo la suerte de que un centro educativo me invitó a viajar a Chile, que es un país muy bien armado en lo que es mi materia. Que a esta altura me hayan invitado, es un sueño cumplido”, señaló.

Mientras espera por ese periplo hoy asegura que "disfrutó mucho de lo que hago en Pilar”. Y en ese sentido confesó que "a Pilar lo conocía pero no de tan adentro como ahora. Lo conocía desde un lugar más comercial por countries y shoppings pero ahora estoy casi todo el tiempo desde el otro lado. Y me gusta mucho más”.

Fascinado con Pilar

Hasta su desembarco en Pilar, "Michi” había desarrollado toda su carrera estable en Capital Federal donde "vas a cualquier plaza y un tipo que está a dos cuadras escucha música y se acerca a bailar”. "Allá el fitness está muy establecido y acá en Pilar hay otra idiosincrasia aunque en un año y medio "Pilar se Mueve” ha crecido un montón y en este semestre ya pasaron más de 11 mil vecinos por nuestras clases”, comparó.

"No es fácil convocar a los vecinos que se tienen que exponer para algo que quizás no están preparados pero estoy fascinado de formar parte de este proyecto, de que la gente pueda tomar clases gratuitas, volver al espacio público y encontrar también una parte social”, explicó el reconocido formador.

Moda Zumba

Lejos de tener una posición crítica respecto al Zumba, la especialidad de moda dentro del mundo de los gimnasios, "Michi” Ciaburri remarcó que "todo lo que haga mover a la gente y rompa con el sedentarismo, bienvenido sea”.

Y explicó: "es una de las técnicas del fitness. Es una empresa y son programas precoreografiados, que ellos se ocupan de darte mediante un CD que contiene la música y la clase. Para eso tenés que capacitarte, tomar un curso y después pagás como una membresía cada vez que te entregan una nueva clase”.

Para Ciaburri la del Zumba "no es novedad” porque "en el 99 desde Nueva Zelanda apareció el body system con diferentes variantes”. "Estas cosas van perdurando en el tiempo porque van saliendo otros programas que le dan una vuelta de tuerca”, finalizó.

 

"Estoy fascinado de formar parte de este proyecto, de que la gente pueda tomar clases gratuitas, volver al espacio público y encontrar también una parte social”.

"Yo esto lo elegí desde el corazón y la pasión y hay un vínculo con la gente que supera la parte técnica y hasta lo económico. En mis clases hay otro clima, vienen a vivir a otras sensaciones”.

"Soy hijo único y mis viejos tenían la fantasía de ´mi hijo el doctor´. ¿Te imaginás a mi viejo? Le dije que no estudiaba más y me puse las calzas”.

 

 

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