PILAR JOVEN

“Ponerle una sonrisa a los peores momentos, te salva”

El verano pasado, Antonella Newton sufrió una grave lesión medular. Al contar su historia por Facebook recibió miles de muestras de apoyo. “Vivo más el día a día”, dice.

Por Redacción Pilar a Diario 19 de julio de 2018 - 00:00


por Alejandro Lafourcade
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Enero de 2017, un domingo soleado. Para Antonella Newton era el último día de vacaciones antes de volver a su trabajo. Un domingo común, almorzando con sus padres, su tío y su esposa, más su prima de 7 años.
“No sé por qué sentía que ese domingo iba a ser diferente, por ahí porque tenía ganas de abrazar a mi papá, y los que más me conocen saben que no soy de las que demuestran algún tipo de cariño”, recordó luego.
Después de comer, Antonella trataba de enseñarle a su prima cómo lograr un clavado perfecto. Al tercer intento, algo cambió para siempre: de inmediato se dio cuenta de que algo había salido mal, “pero ya no podía hacer nada, di una vuelta abajo del agua y quedé flotando boca abajo, me había golpeado la cabeza con el piso”.
Cuando su familia notó lo sucedido la llevó de urgencia al Hospital Austral: estaba consciente, aunque afirmaba no sentir nada del cuello hacia abajo. A eso le siguieron horas de incertidumbre, noticias desalentadoras para la familia (incluso que su hija no podría resistir la cirugía) y un diagnóstico muy complicado: tres vértebras fracturadas y una lesión medular.
Un año y medio después, la joven pilarense de 22 años terminó su rehabilitación en Fleni Escobar –sigue en forma domiciliaria-, publicó un texto en su cuenta de Facebook relatando lo sucedido que se viralizó de inmediato (hasta el momento fue compartido más de 20 mil veces, inspirando y dándole fuerza a gran cantidad de gente) y afirma: “Ponerle una sonrisa a los peores momentos te salva”.
En diálogo con El Diario, Antonella relató algunos capítulos de una historia que aún tiene muchas páginas por delante. Una historia hecha con -como ella misma ha expresado alguna vez- aquellos ingredientes que habían dado vida a las Chicas Superpoderosas: azúcar, flores y muchos colores.

Volver a empezar
A los 8 meses del accidente, decidió tatuarse en su brazo derecho la palabra “Fe”, con el objetivo de “poder verlo todos los días y no olvidarme que la fe es lo más importante, la fe en Dios, en las buenas energías, en el universo, y la fe en mí”.
Actualmente, realiza rehabilitación en su casa, lunes, miércoles y viernes. “Los demás días trato de enfocarme en la facultad y en mis proyectos personales, y los fines de semana paso el tiempo con mis amigas”, expresa. Además, aprovecha para “agradecerles a mis papás, a mi familia, mis amigas, a toda la gente que me ayudó. Y al Hospital Austral por la atención y contención que me brindaron”.

-¿Qué cosa que pensaste que no podrías volver a hacer, lograste realizar y te alegró especialmente?
- Volver a escribir. De chica, mi papá me arrancaba las hojas de los cuadernos y me hacía escribir una y mil veces todo lo que no se entendía. Gracias a él, las maestras me felicitaban por mi letra. Y cuando volví a escribir sentí una felicidad inmensa, pero eso no me alcanzó y quería escribir y escribir para volver a tener la letra que tenía antes.

-¿En qué pensás que cambiaste, desde el punto de vista de la personalidad o el carácter?
- Siento que cambió mi forma de ver la vida, vivo más el día a día, no me guardo ningún “te quiero”, también lucho por cambiar todas las injusticias con las que me encuentro. Escucho más a los demás y elijo alejarme de las personas tóxicas.

-¿Alguna vez pensaste en bajar los brazos?
- Sí, muchas veces pensé en bajar los brazos, pero pedía ayuda para no decaer aún más. En esos momentos es cuando mi familia más presente estaba. Es muy difícil no decaer viviendo tanto tiempo en una clínica, y más cuando los resultados de la rehabilitación tardan tanto en llegar.

-¿Qué sentís cuando tanta gente que no conocés te envía fuerzas y buenos deseos por las redes sociales?
- La verdad, no lo puedo creer, cuando hice la publicación (al año del accidente) fue más que nada para contar lo que me había pasado, y de alguna forma agradecerle a todos los que me enviaron buena energía en su momento. Pero superó todas mis expectativas y me alegra mucho haber ayudado a gente que estaba pasando por situaciones difíciles.
-En tus fotos siempre estás con una sonrisa, ¿Es una señal de tu optimismo, es una de las claves mantener esa actitud?
- En realidad, antes del accidente yo era una chica muy seria, mis amigas y mis familiares me lo decían todo el tiempo. Intenté cambiar mi impresión de chica fría y seria muchas veces, aunque no lo lograba. Pero cuando me desperté de la operación y vi que mis familiares y amigas tenían los ojos llorosos y tristes, pensé que ese era el momento indicado para sonreír y hacerles sentir que todo iba a estar bien, que yo estaba bien. Ponerle una sonrisa a los peores momentos te salva.

-¿Qué cosas aprendiste en este tiempo?

-Muchas cosas: aprendí a creer en mí, a ser optimista pero realista, a hacerme respetar y a hacerme escuchar cuando creo que algo es injusto, a tener paciencia y voluntad, y a aferrarme a lo más importante en la vida: la familia y la amistad. También aprendí que, a pesar de las dificultades físicas, puedo hacer y ser quien yo quiera ser, no hay nada que me lo impida. 

 


“Ojalá mi historia sirva para prevenir situaciones similares. Además compartir que la fe, la paciencia y la voluntad siempre te llevan a buenos caminos”.

 

“Vivo más el día a día, no me guardo ningún ‘te quiero’, también lucho por cambiar todas las injusticias con las que me encuentro”.

 

“Aprendí a creer en mí, a ser optimista pero realista, a hacerme respetar y a hacerme escuchar”.
 

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