Soy mano

Épocas

por Graciela Labale

Por Redacción Pilar a Diario 20 de enero de 2018 - 00:00

Tiempos difíciles los que nos tocan vivir en este bendito país. Penurias cotidianas. Dolores propios y ajenos. La creciente desocupación en el sector público y privado, sin ir más lejos, lo sucedido esta semana en el Hospital Posadas donde entre tantos despedidos queda sin trabajo una de las pocas técnicas en Anatomía Patológica especialista en Inmunohistoquímica de la Argentina y única en ese centro de salud que se ocupaba de determinar el tipo de tratamiento que debían realizar los pacientes con cáncer. Los hermanitos de Derqui que quedan sin madre ni padre librados a la solidaridad de los vecinos que aun en la pobreza se ponen manos a la obra para ayudarlos. El inesperado final del ballet nacional de danzas clásicas que acercaba una disciplina casi siempre reservada a las elites, a los sectores populares, a las provincias, a los barrios postergados, dando la posibilidad de incorporar a jóvenes que de otra manera nunca lo podrían haber hecho. 
Tiempos difíciles estos para los que estamos convencidos que la cultura es una trinchera en la que protegernos para enfrentar a un enemigo que pretende callarnos, silenciarnos y convertirnos en un elemento más del mercado. 
Épocas para estrecharnos con la palabra.

Épocas

Hay épocas en que la poesía se espanta de las almas / benditas y de los espíritus sin mácula que cuentan / Estrellas ante las sombras del río…
Hay épocas en que la poesía pierde la buena medida,/ el buen tono, la buena contemplación, el buen amor, / el buen humor, la buena razón y el buen apetito / con que los cuerpos abren las puertas del destino…
Hay épocas en que la poesía llora en la noche / con lágrimas de niño y dice adiós a la belleza / sin estrépito, y corre hacia el infierno / con botas de gigante para sus pies deshechos…
Hay épocas en que la poesía no duerme / entre las sábanas almidonadas de la cultura, / debe buscársela sonámbula y a los tumbos, casi ciega,/ entre tiros y gritos y pájaros de mal agüero, / en noticias policiales…
Hay épocas en que la poesía sólo conoce las prácticas / subversivas y los métodos piqueteros / (la cosa es: tomar por asalto el palacio de verano y / el de invierno, 
o cortar las rutas o cubrir de humo negro el cielo, / o morir de pobre, / en la soledad del silencio, / como los elefantes mueren en los bordes de la selva.) / Entonces la poesía anda sin brújula, a saltos de mata, / de un lado a otro, del mar a la meseta, mientras el otoño / nos envuelve con su luz dorada / y sólo cambia que uno está más viejo…
Hay épocas en que la poesía se plantea una última / cuestión: / ¿Cuando lleguen los poetas del mañana,
los que anuncian la alegría / tendremos algo más para recibirlos / que tumbas de inocentes sin justicia / y la moneda de la vida jugada a cara o cruz? (Vicente Zito Lema)

 

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