Soy mano

Política del día

Por Víctor Koprivsek

Por Redacción Pilar a Diario 9 de diciembre de 2017 - 00:00

Mundo estúpido, mundo roto. Se acerca Navidad y cada vez es más triste el contexto que nos toca, a gran escala y acá cerca. Pero el silencio gana.
Gana la estupidez y la fuerza.
¿Acaso no ven que se viene el garrote al pueblo? Que ya está dando de mazazos contra tu cabeza.
Lógico, estamos inmersos en las preocupaciones cotidianas. Para quienes tienen una pequeña o mediana empresa es pagar los sueldos y cubrir los costos operativos básicos. Terminar el año.
Para quienes tienen una familia tipo es poner el plato de comida en la mesa y llegar a fin de mes sin endeudarse más. Terminar el año.
Las expectativas murieron. La planificación a largo plazo, para el tipo común, quedó reventada contra el asfalto.
No son malas noticias, son noticias de mierda.
Sin embargo hay una rueda que gira, avanza, se sostiene y consolida. El odio nunca será pan de vida, no te olvides.
Siempre serán el amor y el respeto los valores más nobles para ser cimiento. Nunca el odio.
Por eso es que choca el relato con la realidad. Porque atrás de los mensajes luminosos que lanzan como zanahorias al campo de los burros, son los palos los que enderezan a la manada torcida.
Y para quienes justifican la violencia de la gendarmería, policía, etc. como respuesta política a las expresiones y manifestaciones de la gente, ojalá nunca pero nunca sufran en carne propia o en su seno familiar, ese acto impune de recibir un disparo o un golpe de la mano de quienes cobran un sueldo gracias a los impuestos que pagamos todos.
Hay maneras crudas de enterarte de las cosas.
¿Duele? Ya no. Los protagonistas de las transformaciones contemporáneas son juzgados ahora. Y no por jueces que salen en los medios nacionales sino por la mirada de los  mismos vecinos.
Al final el odio nos encierra a todos. Y nos separa. Se acerca Navidad ¿Dios estás?
 

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