Soy Mano

Soy Mano: Derrapando

Por Redacción Pilar a Diario 24 de septiembre de 2016 - 00:00
por Víctor Hugo Koprivsek  

Antes de ayer Macri en Derqui subiendo a un colectivo y posando para la foto rápida, al paso, sobre la ruta 234 que tiene unos 300 metros recién asfaltados, no sé si llega. Justo frente al predio donde Mario Ishii está haciendo un basural y que antes quería meter un matadero.
Para que te des una idea, en el barrio Santa Ana la línea de colectivos redujo el servicio porque no pueden dar la vuelta a tiempo por el estado calamitoso de las calles. Hace más de un mes, el "Canario” González junto con su hija Laura, a cargo según sus palabras de la Delegación de Derqui, se reunieron con los vecinos de Villa Luján y Santa Ana por el problema de los colectivos, los colectiveros y las calles, también estuvo Agustín Casal de Obras Públicas.
Llegaron los responsables de la Central de Escobar y frente a sus narices les dijeron a los vecinos que tienen que quitar frecuencia porque no pueden circular las unidades por los cráteres que hay.
Hasta ahí llegó Macri, desde ahí salió a dar su vuelta para volver a subir al helicóptero.
Pero también hay que decir que los que estaban antes con la manija de la política y su universo de telarañas, y todavía están sin ánimo de jubilarse, me refiero concretamente a Zúccaro y Molina, tienen plena responsabilidad con lo que pasa.
Y esta crítica pública es por su función pública.
Nunca vimos a Presidente Derqui tan abandonado. Nunca estuvo bien, pero esto es realismo mágico. Caben familias enteras en los pozos.
Los hay por todos lados, en la ruta 234, cerca del amigo Puchini, el terrible pozo está comiendo casi un cuarto del asfalto camino a Pilar, o rompés el tren delantero, o chocás con el que viene de frente.
Pasando el semáforo de Las Lilas, entrás en cien metros de traqueteo que si tenés dientes postizos, capaz se te caen.
Plaza Teófilo Tolosa, justo frente a la iglesia Casa de Fe, Dios te ayude a no morir en el intento de seguir, terrible cráter.
Alfaro al fondo, pasando la placita Don Bosco, directamente hay que subir una rueda a la vereda.
Después, en pleno centro, pleno centro, diagonal Perón y Dorrego, a metros del Club Derqui, gloriosa institución, entrás en una dimensión de subidas y bajadas que te digo, un toro mecánico se queda corto.
Frente a lo de Doña Irma Mengoni, nacida y criada de casi noventa años, siempre impecable la fachada de su casa, siempre un billar su vereda, barriendo el cordón, una pinturita; San Martín frente a los pibes que pintan rejas en la vereda, el contraste con la porción de calle que le toca es tan grande que se vuelve un cuadro dantesco de asfalto levantado y pozos en serie justo ahí. Ya no sabe qué hacer la vecina, un día, hasta la visitó Ducoté.
Las cinco esquinas, Medrano, Rivadavia y Sarmiento, un pozo traidor, chiquito, justo el tamaño de una rueda, imperceptible, artero. Desparramo de motos, le dicen. Puteada de conductor distraído.
Después, ya la máxima, encontró su lugar en el mundo a metros de la esquina de Iparraguirre y Sarmiento, a la vuelta de la casa de "Menguchi” Mancini, terrible laguna que ocupa toda la calle. No hay forma de esquivarla.
Ah, y no me quiero olvidar de mandarle un saludo grande al pozo de la calle principal, Eva Perón, a cien metros de Boragno y justo frente al amigo Cromatic. Saludo y mis respetos a ese pozo indescriptible.
Qué desastre. Y encima, empezaron a mandar gendarmería para reprimir.
-¿A los chorros? 
-No, a los laburantes que echan y a los vecinos que piden una colectora para no pagar peaje cada vez que tienen que ir a buscar a sus hijos a la escuela. 

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